Irene Montero quiere ser la nueva reina de corazones y, apenas un mes después de su entrevista en Diez Minutos, vuelve a protagonizar una entrevista en el papel couché, esta vez en la revista Vanity Fair. La ministra de Igualdad posa casual y elegante en su despacho o en una céntrica azotea de Madrid vestida de Pedro del Hierro o Maje, que contrasta con Mango y El Corte Inglés. Y se confiesa como nunca sobre su vida privada, la misma que intenta proteger en su búnker de Galapagar.
Montero asegura que le disgusta su nuevo apodo, 'la Preysler de Galapagar': "Somos plurales y mi responsabilidad es acudir a los medios que me invitan, incluso si es para disentir con ellos. ¡Como si determinadas cosas que se le pueden criticar a la prensa del corazón no estuviesen en la supuesta prensa seria!". Y a pesar de lo que dicen de ella, afirma que no tiene gustos caros a la hora de vestir: "Nunca me compraría un reloj de 5.000 euros, ni de 1.000. Entiendo a quienes lo hacen con su dinero, aunque sean de izquierdas. Para mí es una desproporción y me crea cierto rechazo".
Es la ministra que más titulares acapara. Irene Montero habla con 'Vanity Fair' sobre feminismo, rumores de infidelidad, el acoso en su polémico chalet y cómo la maternidad ha cambiado su día a día y el de su pareja, el vicepresidente Pablo Iglesias.https://t.co/u9V4DlUveE
— Vanity Fair España (@VanityFairSpain) September 22, 2020
La pareja de Pablo Iglesias insiste en que comprar el chalet a las afueras de Madrid fue una decisión que tomaron "para proteger a nuestra familia" porque ahora sí que confía en las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Irene reconoce que las protestas en la puerta de su casa han fortalecido su "proyecto común" como familia: "Te hace reflexionar sobre el sentido de permanecer juntos, el sentido de la familia y la importancia de los amigos". ¿Qué opina de los rumores de infidelidad de Iglesias con varias mujeres? "Quien se inventa esas cosas no conoce nuestra vida. Cualquiera que vea nuestra rutina se reiría mucho, como les ocurre a nuestros escoltas y a la gente que trabaja con nosotros".
Su pareja y padre de sus tres hijos es un gran protagonista en la entrevista: "Hemos sufrido, reído y vivido todo juntos". Irene se define como una mujer "pudorosa" y conservadora en algunas cosas, por ejemplo, "en mi concepción de las relaciones de pareja". "En eso soy conservadora y no lo digo como virtud. Soy consciente de que soy así y no es una de mis prioridades de transformación…". Y a pesar de que la ministra de Podemos quiere mostrar decoro, reconoce que "he probado diferentes cosas en su adolescencia y su juventud" cuando le preguntan si ha tenido relaciones con mujeres. "Siempre me he sentido heterosexual", afirma tajante.