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Jesús Vázquez cumple 55 años con una fortuna de 10 millones de euros

Su vida junto a Roberto Cortés transcurre en un chalé de trescientos metros cuadrados situado en la localidad madrileña de Majadahonda.

Jesús Vázquez | Telecinco

Este coruñés de atractivo porte lleva ya tiempo convertido en uno de los más populares presentadores televisivos quien desde su debut ante las cámaras en 1990 con La quinta marcha ha sido animador de cuarenta programas diferentes donde, amén de lucir palmito, demostró siempre sus méritos en la pequeña pantalla. A tenor de ese indudable prestigio no ha de producirnos extrañeza que últimamente perciba anualmente tres millones de euros. Calcúlase su fortuna en alrededor de diez millones, que hábilmente gestiona su marido, representante y administrador desde que se casaron. Una vida interesante la del guapo gallego.

Ha pasado Jesús Vázquez parte de sus vacaciones en tierras asturianas con Roberto Cortés, su esposo desde que contrajeron matrimonio civil el 3 de noviembre de 2005. Poco falta para que celebren su décimo quinto aniversario de boda. Realmente su convivencia empezó cuatro años antes, nada más conocerse. Fue, lo que se dice, un "flechazo". El presentador había tenido otras aventuras, la más divulgada con el fotógrafo de modas Álvaro Villarrubia, que fue su novio alguna temporada. Pero su encuentro con el ingeniero Roberto Cortés resultó definitivo para convencerse de que "era el hombre de su vida". La prueba es el largo tiempo que ya llevan juntos, sin problemas, que se sepan.

Jesús Vázquez resulta que iba para veterinario pero colgó la carrera en el tercer curso para emprender otra, la de Arte Dramático. Hizo breves intervenciones cinematográficas y teatrales hasta que su entrada en televisión en el ya mentado espacio de La quinta marcha lo introdujo hasta la fecha en el no siempre fácil e inestable mundo de la televisión. Pocos de sus colegas superan su currículo como presentador estrella, ligado a la productora Mediaset, que lo tiene catalogado como uno de sus profesionales de más valía. Pronto lo veremos animando un programa de ocio juvenil, Mujeres y Hombres y Viceversa, amén de tenerlo asimismo en este septiembre al frente de un talent show infantil: Idol Kids, que empezó a emitirse la anterior semana. Y es que Vázquez parece valer tanto para un roto como para un descosido: o sea, lo mismo se rodea de públicos de diversas edades, en concursos, tertulias, que en despedidas de fin de año, etcétera, etcétera.

Se cuida, eso sí. Hasta el punto no sólo de mantener su mismo peso y figura, sino de mostrar un rostro sin arrugas, sonriente, de aire cordial, como si fuera un treintañero, cuando ya hemos indicado que celebra su cincuenta y cinco aniversario. Algo le ha ayudado la cirugía estética, aunque él no quiera confirmarlo. El bótox hace siempre milagros. Y como decía nuestro recordado amigo Joaquín Prat senior, y colega de Jesús Vázquez: "La cara es mi oficina". Y el valenciano "vivía de eso", de su rostro feliz ante las cámaras, sólo que en su caso, lo operaron y lo dejaron peor que cuando entró en el quirófano. Vázquez ha tenido más suerte.

Pero también las pasó canutas cuando en 1995 le acusaron junto a otros artistas conocidos de aprovecharse de unos menores de edad. Fue el llamado "caso Arny", club sevillano donde se contaban toda clase de orgías. Dábase la casualidad que casi todos los encausados, por no decir la totalidad, eran homosexuales. El asunto duró judicialmente tres años. Tiempo en el que Jesús Vázquez no pudo trabajar como presentador. Lo pasó fatal. Sin ingresos, con su popularidad muy debilitada. Finalmente, todo quedó en agua de borrajas. Las pruebas no parecieron suficientes para el juez encargado del caso. Llegó a asegurarse que entre los implicados se encontraba un viejo magistrado. Ni que decir que las páginas de sucesos de los periódicos informaron ampliamente del asunto. Pero poco a poco, fue olvidándose. Y Jesús Vázquez recuperó su puesto de trabajo, superando la depresión que le amargó la vida en esos años, con el añadido de la pena que causó a sus padres, una familia bien conocida en La Coruña.

Que Jesús Vázquez era gay lo sabían en su profesión y en el ambiente periodístico. No obstante se avino a un montaje con la francesa Marlene Mourreau, que muy pocos se creyeron. Hasta que llegó el momento de que el cuitado manifestara que era homosexual y nunca había tenido relaciones amorosas con mujer alguna. Tampoco eran ya tiempos para escandalizarse. Aunque sí se comentara ampliamente en junio de 2010 su aparición en bolas en la portada de Interviu. La primera vez que un español exhibía sus atributos en esa publicación, habitualmente dedicada a mostrar sólo desnudos femeninos. Bien dotado el muchacho.

Su vida junto a Roberto Cortés transcurre en un chalé de trescientos metros cuadrados situado en la localidad madrileña de Majadahonda, a cerca de media hora del centro de la capital. No es la única propiedad de Jesús Vázquez, que también es dueño de un apartamento situado en pleno paseo de Gracia barcelonés. Dueño de otro en una isla. Y de otras propiedades y negocios que su marido controla a través de tres sociedades de la pareja. Una de las cuáles, fiscalizada por Hacienda, parece ser que le produjo un susto de carácter monetario al millonario presentador. Pero nunca ha tenido problemas a la hora de justificar sus elevadas ganancias ante el inspector de turno. El Fisco se muestra ojo avizor ante las declaraciones de bienes de los mal llamados famosos, pero muy populares y con elevadas fortunas.

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