Alejandro Sanz y Raquel Perera han finalizado la guerra judicial que mantenían desde hace unos meses y han conseguido llegar a un acuerdo de divorcio que beneficia, sobre todo, a sus hijos Dylan, de 9 años, y Alma, de 6. Lo más importante tanto para el cantante como para la empresaria.
La propia Raquel Perera ha compartido en su cuenta de Instagram el comunicado mediante el cual la expareja anuncia que han llegado a un acuerdo por el que finalmente no se verán las caras en los juzgados: "Doña Mercedes Hernández Claverie (abogada de Don Alejandro Sánchez Pizarro, conocido artísticamente como Alejandro Sanz) y Don Alfredo Gómez Mendizábal (abogado de Doña Raquel Perera Navalón), en representación de sus respectivos clientes, manifiestan que han alcanzado un acuerdo de divorcio totalmente satisfactorio para las partes y solicitan respeto para su intimidad".
Un pacto secreto con el que quedan anuladas las demandas interpuestas por ambas partes y con el que, un año después de su separación, Alejandro y Raquel ponen fin a su matrimonio. Tras meses de tenso enfrentamiento de la expareja, el reencuentro del cantante con sus hijos Dylan y Alma —a los que llevaba sin ver desde que comenzó el confinamiento— ha pesado mucho a la hora de llegar a un acuerdo. Y es que el cantante de "Corazón partío" se dio cuenta de que sus pequeños estaban por encima de cualquier guerra judicial con la que un día fue su mujer.
El pasado 13 de abril Alejandro Sanz presentó la demanda de divorcio de modo unilateral en los juzgados de Pozuelo de Alarcón, rompiendo de este modo la "buena relación" que había hasta ese momento por sus hijos. El 29 de mayo, Raquel respondía a esta demanda interponiendo otra en la Corte de Familia de Miami. La empresaria solicitaba protección legal temporal y que se congelasen las cuentas del artista para que no pudiera disponer ni deshacerse de su patrimonio. Además, amparándose en que durante los doce años que duró su matrimonio se dedicó a trabajar con él y a criar a sus hijos, Perera pedía la mitad del patrimonio que adquirieron durante su relación y 40.000 euros mensuales en concepto de manutención.
Han sido meses muy duros de tensos desencuentros. Finalmente, y como los propios Alejandro y Raquel aseguraron cuando confirmaron su separación en julio de 2019, "somos una familia y siempre lo seremos. Nuestra familia está por encima de cualquier cosa. Y así permanecerá".
Y ahora, por el bien de sus hijos y un año después de su separación, el cantante de Moratalaz y su exmujer han alcanzado un acuerdo privado del que todavía se desconocen los detalles. Lo que sí ha trascendido es que no tendrán que verse las caras en un juzgado y que el pacto es beneficioso para ambas partes.
Raquel y Alejandro han demostrado que lo más importante son sus hijos Dylan y Alma. Por el bien de los niños, la empresaria vuelve a vivir a España, ya que no quiere que los pequeños crezcan lejos de su famoso papá, que los podrá ver con total flexibilidad. Además, ha trascendido que el cantante les va a comprar una casa, y Perera recibirá una cantidad acorde al nivel de vida al que están acostumbrados los niños.