Steve Bannon, más moreno que Javier Arenas pero con el pelo largo, ha sido detenido; Kellyanne Conway se va de la Casa Blanca porque tiene una familia que ni la de Matrimonio con hijos, y Showtime (aquí la pondrá Movistar+) anuncia el estreno de The Comey Rule sobre el libro A Higher Loyalty, escrito por James Comey. Ya saben, la polémica del enfrentamiento entre Comey, director del FBI (Jeff Daniels) y Donald Trump (Brendan Gleeson) por la investigación de la posible intervención de Rusia, los correos de Hillary y su influencia en las elecciones de 2016, además de la relación entre Comey y Trump. Eso sí, se estrenará a finales de noviembre, después de las elecciones presidenciales, que serán el 3. También está Holly Hunter y el tráiler tiene pintaza. Ya veremos.
No sé si moriremos por el covid (o de hambre a causa del covid) pero la temporada electoral americana se avecina apasionante. No es que aquí no tengamos gente estrafalaria (además de peligrosa, que es peor), pero como Kellyanne y su familia me temo que no. Ya está ultradicho que el triunfo de Trump dejó a los iannuccis sin argumentos que parecieran disparatados. Lo de Veep, creación de Armando Iannucci, adaptación americana de su The Thick of It sobre lo políticamente risible, se quedaba corto. Aunque Selina Scott como presidenta estuviera entre el Damien de ‘La profecía’ y Lina Morgan.
Kellyanne Conway, como consejera de Trump, acuñó lo de los hechos o datos alternativos cuando se inventaba o adornaba algún hecho de enjundia, que dirían en Acacias 38. Y cómo fue aquel día en que Trump recibió a los líderes de las más importantes universidades negras, unos venerables señores en el Despacho Oval, y ella de rodillas y con las piernas abiertas, con los tacones puestos clavándolos en la tapicería del sofá y haciendo fotos. Kellyanne despatarrada. A juego con la administración de Trump. Pero fuera de eso (o no) lo de su familia es de guionista bebido. Su marido es un republicano conservador que se mete con Trump desde hace dos años en Twitter y hace lo posible para que pierda la reelección (además de asesorar a Proyecto Lincoln, que hace los peores anuncios electorales contra Trump). Hasta Tik Tok ha entrado en la trama. La hija de ambos, Laura, de 15 años, tiene una cuenta que se llama ShortFakeBlonde (rubia de bote bajita) para poner a Trump como hoja de perejil. Pero también a sus padres. La amenaza rusa, la amenaza china (Tik Tok)… El universo Trump es fascinante. Y encima a Melania se le ocurre reformar la rosaleda de la Casa Blanca, que parece que se le haya ocurrido pintar la Casa Blanca de rosa con lunares. No sé cómo sería una presidencia de Biden, pero una primera dama como Melania no van a tener. Una vez escuchado el discurso de Melania a lo militar en la convención no convención (tengo que confesar que en algún momento he tenido dificultades para distinguirla de Laura Benanti), supongo que a muchos les habrá quedado claro el buen producto que les llega de Eslovenia: Melania y Luka Doncic. Bah, blanquitos.