Paloma Cuevas está molesta y cansada de que se hable de ella en los medios de comunicación. Así se lo hizo saber este lunes al programa Sálvame. Tras hacerse pública su separación de Enrique Ponce, y salir a la luz la nueva relación del torero con Ana Soria, la empresaria ha mantenido un perfil bajo y ha preferido guardar silencio a pesar de todas las insinuaciones que se han vertido sobre su matrimonio.
Este lunes, harta de escuchar los rumores sobre que ya hay fecha para firmar los papeles del divorcio, ha lanzado un mensaje a través de su jefa de prensa: "Desmiente que haya fecha para entregar los papeles del divorcio. De momento, no tienen nada hablado, todo lo que se hará, será de mutuo acuerdo. Que se iba a llevar 19 millones de euros, porque ellos están casados en gananciales, es totalmente mentira. Ni siquiera han hablado de dónde se va a quedar, probablemente sea en la casa que tienen aquí en Madrid", explicó el periodista Kiko Calleja.
Una versión que contrasta con las informaciones que se han publicado en los últimos días que aseguraban que Enrique Ponce y Paloma Cuevas ya habrían llegado a un acuerdo. Lo que está claro es que quieren evitar los enfrentamiento y los procesos judiciales y su intención es llegar a una separación de mutuo acuerdo. La pareja, que habría terminado ya su relación sentimental hace tiempo, está dispuesta a llegar a un acuerdo beneficioso para los dos y, sobre todo, para las hijas que tienen en común. Tal y como se ha ido publicando a lo largo de las últimas semanas, el torero y la modelo habrían designado a un único abogado para que redactase el acuerdo que pondría punto y final a su unión matrimonial.
Paloma habría puesto sobre la mesa una serie de condiciones que Enrique deberá aceptar: como aspectos relacionados con la custodia de las niñas y la designación del domicilio en el que estas residirán. Según el digital Look, la pareja no tendría custodia compartida, ya que esta seria para Paloma, pero sí un régimen de visitas beneficioso para el padre. Ponce abandonaría la casa y las menores residirían en el domicilio conyugal junto a su madre.