La princesa Mary de Dinamarca ya ha retomado su agenda después de pasar las vacaciones estivales en familia. Hace unos días asistió al acuario de la ciudad danesa de Grena.
Nada más llegar se le olvidó la crisis tan terrible que hay por el coronavirus y estrechó la mano del director del centro en un gesto que, de no existir esta pandemia mundial, hubiera sido el correcto, pero en estos momentos es impensable el hacer ese saludo.
La instantánea no pasó desapercibida y la royal se vio obligada a pedir disculpas a través de las redes sociales. La esposa del príncipe Federico de Dinamarca apareció sin mascarilla porque en aquel país no es obligatorio usarla, al menos por el momento.
Un despiste que ya está solucionado y la princesa ha podido continuar con sus compromisos oficiales.