Pablo Iglesias se ha manifestado sobre las amenazas y supuestos ataques que motivaron la cancelación de sus días de vacaciones familiares en Asturias.
El vicepresidente del Derechos Sociales del Gobierno, en una larga cadena de tuits, cita a sus hijos como perjudicados y a la vez dice no querer ejercer el papel de víctima de los ataques de la "ultraderecha".
"Lo que hace a nuestra familia la extrema derecha y ciertos medios es grave", ha escrito el que calificó de "jarabe democrático" los escraches a sus antagonistas políticos, para a continuación señalar que "hay que poner cada cosa en su contexto".
"Hay gente que ha pagado con su libertad, con su vida o con torturas defender sus ideas y hacer política. No es nuestro caso", dice el líder de Podemos que, eso sí, lamenta la situación: "No hay derecho a que mis hijos tengan sufrir las consecuencias del compromiso y las tareas políticas de sus padres, pero hay millares de niños en situaciones mucho más vulnerables. No va conmigo el victimismo".
Lo que hace a nuestra familia la extrema derecha y ciertos medios es grave, pero hay que poner cada cosa en su contexto. Hay gente que ha pagado con su libertad, con su vida o con torturas defender sus ideas y hacer política. No es nuestro caso.
— Pablo Iglesias 🔻 (@PabloIglesias) August 18, 2020
A continuación ha querido dar las gracias a todos aquellos que le han ayudado en sus días de descanso en el norte de España. "Gracias a Enrique y a su familia por ser los mejores anfitriones, gracias a Ramón, minero jubilado y rojo que está orgulloso de que su hijo sirva en la Guardia Civil y que hizo que mis hijos vieran por primera vez gallinas, patos, ocas y caballos".
Finalizando, Iglesias se ha considerado víctima del fascismo, asegurando que "su odio y sus amenazas no frenarán nuestro trabajo. El ejemplo de la gente corriente, honesta y valiente que no tiene miedo al fascismo, es para nosotros la mayor motivación para continuar".