Toño Sanchís se vio obligado a abandonar su vivienda de Villanueva del Pardillo (Madrid) el pasado mes de marzo después de que Belén Esteban ganara su litigio. El juez sentenció que el chalet de Toño debía pasar a ser propiedad de Belén para hacer frente a la deuda que tenía con esta y, tras una subasta pública, Esteban consiguió hacerse con esta casa valorada en más de 600.000 euros.
Después de perder una larga batalla judicial, el exrepresentante de los famosos desapareció de los platós y adoptó un perfil más bajo, aunque sigue dedicándose a su trabajo como representante. Según desveló Beatriz Cortázar en El Programa del Verano, ya no tiene en su agenda famosos televisivos, sino que representa a políticos y deportistas alejados de la farándula.
Alessandro Lequio añadió que tan solo trabaja con Boris Izaguirre puntualmente. "Me sorprende que siga asesorando a gente y que se confíe en él. Tiene todo el derecho a trabajar pero es sorprendente que siga en la misma línea", dijo Paloma García Pelayo, ya que Sanchís fue condenado a pagar 600.000 euros a Belén por emolumentos no recibidos de trabajos realizados tras 10 años juntos.
El futuro de la casa
Para vengarse de la que fuera su mejor amiga y representada más famosa, Toño dejó la vivienda que Belén le arrebató en un estado lamentable.
La casa tiene 310 m2 repartidos en tres plantas y cuenta con cuatro dormitorios, tres baños, zonas comunes, jardín y garaje privado. Una propiedad de ensueño que quedó deslucida cuando Toño la llenó de basura y pintadas y arrancó el cableado y los grifos.
A pesar de todo, Belén no tiene intención de vivir en esa casa pero ha comenzado una importante reforma valorada en 50.000 euros que no concluirá hasta el final del verano, según adelanto El programa del verano. Una vez concluida la reforma de la vivienda, su intención es ponerla en venta y podrá salir al mercado por un precio de hasta 700.000 euros.