Se cumple un año de la separación de Alejandro Sanz y Raquel Perera y durante estos meses las cosas cada vez se han puesto más complicadas entre ellos. El cantante y la modelo iniciaron el proceso de divorcio en julio de 2019, anunciando su decisión en las redes sociales con un comunicado amistoso: "Somos una familia y siempre lo seremos. Decidimos amarnos para siempre y así será. Lo eterno tiene la complejidad y la ventaja de transformar las maneras de amarse en otras direcciones, sin destruir el cariño, la lealtad y la responsabilidad conjunta sobre nuestros hijos", señalaban en sus respectivos perfiles. "Nuestra familia está por encima de cualquier cosa", aseguraban.
Sin embargo, el pasado mes de abril, el madrileño presentó sin previo aviso una demanda de divorcio en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón para sorpresa de Raquel. Rompiendo así el acuerdo verbal al que habían llegado, tal y como señalan este miércoles las revistas ¡Hola! y Semana. Y ha sido ahora cuando Perera ha respondido a su demanda pero en los tribunales de Miami, que es donde desea que se lleve a cabo el proceso. Ésta ha solicitado amparo legal en la corte de la ciudad y una moción de urgencia en la Corte de Familia de la ciudad donde sigue viviendo con sus hijos.
El objetivo es solicitar protección legal temporal para que el artista "no dilapide" su patrimonio antes de que el divorcio se haga efectivo. Al parecer, teme que su expareja malgaste su fortuna y no queden bienes para sus hijos en un futuro. Asimismo, también pide 40.000 euros al mes para la manutención de sus hijos, así como el reparto equitativo de los bienes que adquirieron durante sus diez años de relación.
Perera alega que, durante el tiempo que estuvieron casados, ella se volcó en la carrera profesional del cantante y en el cuidado de sus hijos. En su demanda afirma haber tenido "una extraordinaria devoción, sacrificio y contribución al marido y a los hijos". Explica que, desde que empezó su noviazgo con Alejandro Sanz hasta que contrajo matrimonio, apartó su vida personal para contribuir en la economía familiar, criar a sus dos pequeños y participar en las empresas del músico. Afirma que durante años asumió la presidencia de Gazul Producciones, uno de los más destacados negocios de Sanz, sin cobrar un sueldo por ello.
En sus peticiones pide que sus hijos sigan asistiendo a una escuela privada y mantener los seguros médicos y gastos dentales de los niños. Para ello exige un pago retroactivo desde julio de 2019, ya que considera que su ex no ha pagado lo suficiente durante este año. También exige un seguro de vida del que sea la única beneficiaria, y solicita una pensión para ella, por su dedicación total a la familia. Incluso ha revelado que, desde que se separaron, en julio de 2019, Sanz solo ha visto a sus hijos en Miami en cinco ocasiones.
No cabe duda de que Raquel ha sacado toda la artillería y el juez de Miami ha hecho caso a sus reclamaciones. Por el momento, tal y como asegura Semana, ha congelado de manera inmediata las cuentas del músico en Estados Unidos. A excepción de una, para que Raquel Perera siga pagando con ella los gastos que necesite. Y es que, según su testimonio, Sanz le había cancelado las tarjetas de crédito y no podía realizar pagos.