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Los 80 años de Ringo Starr, el 'beatle' más festivo: "No sé cómo he llegado aquí con tantas drogas"

"Él siempre se sintió admirado por las jóvenes de varias generaciones. No era el más brillante, pero sí el más simpático de Los Beatles".

Ringo Starr | Cordon Press

No se imaginaba aquel Richard Starkey, nacido en Liverpool el 7 de julio de 1940, cuando era veinteañero, dependiente en la carnicería de un pariente, que en pocos años se haría multimillonario y famoso en todo el mundo. Le gustaba la música, apenas tenía estudios, y en los ratos libres tocaba y canturreaba con un grupo de aficionados. Tuvo la fortuna de que unos paisanos, John Lennon, Paul McCartney y George Harrison le llamaran un día para sustituir al batería del conjunto que habían formado, con el que tocaban en una taberna de Hamburgo. Resulta que Pete Best, el batería, se enfrentó al último de los citados. Lennon y Paul tomaron parte por Harrison, dieron puerta a Best y su lugar lo ocupó aquel mentado Richard Starkey, quien para la historia del pop sería conocido como Ringo Starr.

Los Beatles fueron el cuarteto más popular en la historia del pop. Desde luego los seguidores de Los Rolling Stones discutirán ese aserto; al fin y al cabo los chicos de esos musicales "Cantos rodados" pueden jactarse de ser los más veteranos y longevos, aún en activo. Pero, amigos, la magia de sus rivales, quienes comenzaron con su apelativo que recordaba a "los escarabajos", nunca se ha puesto en duda. Y Ringo Starr, que llega ahora a octogenario, estuvo con ellos desde 1962 hasta 1970, cuando se separaron definitivamente. Año trágico para la música, pues John Lennon fue asesinado por un admirador demente. George Harrison se fue de este mundo en 2001. Paul McCartney y Ringo Starr les sobrevivieron, cada uno con banda propia. La de este último, His All Star.

De los cuatro Beatles harto sabido es que Lennon y McCartney eran "la factoría" de los mayores éxitos del grupo: sus compositores habituales, que tanto firmaron letra y música al alimón. George Harrison, en menor medida. Dejaron a Ringo brillar sólo instrumentalmente, con su batería. Como era muy chistoso, le dejaban introducir algunas frases en las canciones, pero sólo se tiene constancia de que firmara dos de ellas completas. Sus compañeros pensaron en él cuando acabaron Yellow submarine, para que acaparara mayor protagonismo, y asimismo With a Little Help From My Friends, que es el tema que siempre prefirió Ringo de todo el repertorio de Los Beatles. Luego, ya en solitario, cuando éstos dejaron de existir, llevó a los primeros lugares de las listas de éxitos You're Sixteen (Tienes dieciséis años), que el batería y mediano cantante interpretaba en su madurez muy complacido ante sus fans adolescentes. Porque él siempre se sintió admirado por las jóvenes de varias generaciones. No era el más brillante, pero sí el más simpático de Los Beatles. Se han referido los celos y disensiones que existían entre todos ellos. De Paul, chismes acerca de su tremenda vanidad, pelín soberbio queriendo imponer sus ideas. John tenía tanto o más talento que él, pero cuando entró en su vida la japonesa Yoko Ono, fue como si un virus fuera minando poco a poco la unión del cuarteto, al punto de pensarse que ella tuvo la culpa de la disolución de Los Beatles, con la anuencia de Lennon, quien defendió a su mujer por encima de la continuidad de la banda. Harrison no parecía tomar partido ni por uno ni por otro, y Ringo era el que trataba de recomponer el puzzle, la paz, pero sin fuerza suficiente. Únicamente servía para la distensión, con algunas ocurrencias y bromas.

Los cuatro se fumaron lo que no estaba escrito. Y Ringo Starr confesaba, ya a las puertas de la vejez: "No sé cómo he llegado hasta aquí con tantas drogas como tomé". Se desintoxicaron muchas veces. Fue un milagro que aguantaran tanto y que la sociedad de la época los aceptara como consumidores habituales. Se adelantaron a los chicos del 68, los que proclamaban aquello de "haz el amor y no la guerra" en las comunas de California. Y la reina de Inglaterra miró para otro lado, puritana, concediéndoles la máxima condecoración. Individualmente, a Ringo Starr lo elevaron a Sir, Caballero del Imperio Británico mucho más tarde también.

Ringo Starr y Maureen Starkey

Pero, ¿cómo era Ringo respecto a su vida sentimental? Cuando celebró su primer matrimonio no tenía demasiada experiencia amorosa. Había conocido a Maureen Starkey, sostuvo con ella relaciones durante un par de años, sin decidirse por la boda. Estaba embebido en sus giras con Los Beatles. Pero un día, ella le comunicó que estaba embarazada. Y Ringo optó por casarse. Tendrían tres hijos varones: Zak, Lee y Jason. Pero no fueron felices y los diez años que oficialmente duró su unión estuvieron presididos por los frecuentes desencuentros y ausencias del hogar por parte de Ringo, a causa de sus deberes profesionales. Engañó a su mujer cuanto quiso y pudo y ella, a su vez, le respondió con infidelidades también. Una sociedad de cuernos mutuos que acabó disolviéndose ante un juez. En 1994 Maureen murió víctima de leucemia.

No se sabe mucho de aquellos amores extramatrimoniales de Ringo y los posteriores a su divorcio, pero consta de que dada la popularidad que gozaba junto a sus compañeros le costaba echar de las habitaciones de los hoteles que ocupaba a tantas jovencitas deseosas de vivir una noche de amor a su lado. Desconocidas muchachas fascinadas por la personalidad de sus ídolos sin importarles perder su virginidad. ¿Qué iba a hacer Ringo?

Sonado sin embargo fue su encuentro sexual con Bianca, ya cuando se había separado de Mick Jagger. Y muy conocido el episodio del batería al dejar plantada en vísperas de la boda a su entonces novia Nancy Lee Andrews, actriz y modelo norteamericana con la que tuvo amores a lo largo de siete años, entre idas y venidas. Treinta años menor que él, Ringo la tuvo a su disposición tanto tiempo, pensó que casarse por segunda vez iba a ser otro fracaso en su biografía sentimental, y la dejó sin vestir el modelo nupcial que ya había encargado. En consecuencia, llena de rabia y desesperación, la tal Nancy demandó al músico, pero éste, contando con un buen abogado, zanjó a su favor el juicio en cuestión.

Ya con cuarenta y un años, Ringo Starr procuró llevar sus conquistas con más cuidado. Y rodando la película El cavernícola se enamoró de la actriz Bárbara Bach, bellísima. Entonces, en 1981, se unió a ella matrimonialmente, convencido de que este segundo enlace sería el definitivo. Al menos que cambie de actitud, lo que no creemos factible a estas alturas de su octogenaria edad que acaba de estrenar, Ringo Starr cumplirá su juramento de permanecer junto a su mujer hasta que Dios quiera.

Starr y su mujer actual Bárbara Bach

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