Pasan las horas y ya se conoce el rostro de Ana Soria, que comenzó siendo "A.S." y ahora cobra la forma de belleza rubia, la que ha robado el corazón del torero Enrique Ponce.
El miércoles, la revista Semana dio la exclusiva: tras más de dos décadas de matrimonio, Ponce y su mujer Paloma Cuevas se planteaban la separación. No había nada en firme, en tanto siguen conviviendo por el bien de sus hijos, pero sí consultas a abogados y una conversación muy avanzada de seguir caminos distintos.
Unas fotografías nunca publicadas del torero con una joven que, tal y como desveló Beatriz Cortázar en esRadio, respondía a las iniciales "A.S.", serían las que habrían dado el pistoletazo de salida de todo el asunto. Había, por tanto, terceras personas. La situación, que efectivamente recuerda a la de Cayetano Rivera con Karelys Rodríguez, sin embargo se retrotraía a muchos meses atrás, hasta año y medio del torero y ella manteniendo esta relación.
Un viaje de ambos a México —allí se tomaron las fotografías— sirven para demostrar que el affaire se ha prolongado en el tiempo. La chica y él, que actualmente estudia para modelo (tiene 21 años, 27 menos que Ponce), se conocieron por la afición de ella al toreo.
Ambos fueron vistos en una urbanización de Almería cenando. Él pasó allí la noche con ella, hija de un prestigioso abogado de una familia acomodada. Ahora, con la imagen de la joven en todas las televisiones y la prensa rosa, le será más difícil mantener la discreción.