El enfrentamiento entre Jorge Javier Vázquez y Belén Esteban por las opiniones políticas de la colaboradora sigue dando que hablar, aunque tanto presentador como la cadena lo han dado por cerrado. Es el mismo Jorge Javier quien dedica su columna semanal en Lecturas para aportar su punto de vista más allá del exhibido en plató y tildar todo el fenómeno de poco menos que exagerado, sin tener en cuenta sus insultos a los votantes de Vox y al propio partido.
Dice el presentador de Sálvame que al día siguiente a la bronca, el domingo, decidió cortar por lo sano y simplemente descansar bajo el sol. "Para mí, lo que pasó en el Deluxe quedará como una anécdota más en la historia de la relación que me une a Belén desde hace 20 años", dice sin, en realidad, dar su brazo a torcer lo más mínimo.
Jorge Javier, por tanto, pasó página enseguida, sin tener en cuenta sentimientos ajenos, considerando su ejercicio de censura hacia Belén Esteban (crítica con el Gobierno y la gestión del coronavirus) como poco menos que una anécdota. "Madre mía, la gente posicionándose y lo que no sabe es que en una semana nosotros ya habremos pasado página", dijo sobre su percepción del enfrentamiento, que resonaron más allá de la crónica social o televisiva.
"En esos momentos en los que los acontecimientos están tan recientes cualquier comentario, cualquier frase, cualquier mensaje puede desestabilizarte". Jorge Javier atribuye, por tanto, al entorno toda responsabilidad. "Con unos sentimientos a flor de piel tras hacer frente a una situación tan impredecible como catastrófica, cualquier motivo es bueno para posicionarse y resaltar nuestras diferencias", consideró sobre la conducta de ambos, la bronca posterior y la percepción que se tuvo de la misma.
"En esos casos, lo mejor es aislarte, dejar que las cosas se enfríen, no alimentar el enfrentamiento ni buscar aliados entre tus amigos para que acaben dándote la razón. Silencio. Y el cerebro agradece la paz y empieza a ordenarse de una manera natural. Hay examen, pero no dolor. Hay revisión de los hechos, pero sin tortura", considera. "El día después del desencuentro lo pasé tomando el sol, ajeno a lo que se estaba montando fuera. Visto lo visto, acerté", cuenta en la revista.
Lejos de pedir perdón a su compañera, Belén Esteban, o incluso a la gran sección de la audiencia que se pudiese haber sentido herida por sus palabras, asegura en todo caso que lamenta haber aumentado la "crispación con unas maneras equivocadas". No obstante, también se justifica: Sálvame es un programa que va de la mano con la actualidad y con el día a día, por lo que es difícil "no dejarse salpicar por esos sentimientos tan extremos".