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Raymond Burr, el 'Perry Mason' que camufló su sexualidad casándose con una amiga

Raymond Burr fue el primer intérprete de Perry Mason, que ahora regresa con una nueva serie. El actor camufló su sexualidad como otros famosos.

Raymond Burr | Cordon Press

La cadena HBO tiene previsto este 22 de junio comenzar a emitir lo que se llama en el argot cinematográfico un remake; es decir, versión de una serie original que en la primera mitad de los años 60 constituyó un éxito espectacular: Perry Mason. La serie será ahora interpretada por actores relativamente desconocidos para el público español. En el pasado, Raymond Burr encarnó al protagonista. Un buen actor de vida complicada: para esconder su condición homosexual hubo de casarse con una mujer.

Antes de filmarse la serie, los norteamericanos se deleitaban con las novelas del muy popular Erley Stanley Gardner, escritor que competía con los consagrados Dashiell Mammett y Raymond Chandler en cuanto a autores especializados en el género policíaco, con dosis de "suspense" en muchas ocasiones. Gardner creó aquel personaje, Perry Mason, experto abogado que ganaba cuantas causas defendía. Llevadas esas historias a la televisión, comenzaron a emitirse en los Estados Unidos a través de la CBS, a partir de 1957. Dos años más tarde, eran adquiridas por Televisión Española, que las difundió hasta su final, en 1966. Se dio la circunstancia que el mentado novelista Stanley Gardner impuso al director que Raymond Burr fuera Perry Mason y no el personaje del fiscal Hamilton Burger, como en principio le habían ofrecido al actor, de rostro mofletudo y aire bondadoso y serio.

Cuando Perry Mason inauguró la programación de series americanas en TVE, había muy pocos aparatos en nuestro país, aunque ya en los primeros años 60, cuando fue despegando una clase media, la del "Seiscientos", la que iba adquiriendo electrodomésticos, la cifra de hogares con televisores fue creciendo. Muchos ciudadanos, sin posibilidades para adquirirlos, se contentaban con ver los programas permaneciendo de pie tras los cristales de los establecimientos donde se exhibían. O bien en los pueblos, sentábanse en sillas de anea, asimismo delante de los comercios de ese gremio. Perry Mason se convirtió entonces en la serie más vista, con unas importantes audiencias para la época. En consecuencia, su protagonista Raymond Burr, era un actor favorito de aquellos primeros televidentes españoles.

Raymond Burr | Cordon Press

Había nacido en Canadá en 1917, se estableció en los Estados Unidos y en su juventud trabajó en un rancho y fue vendedor de fotografías, suponemos de ídolos de la pantalla, pues soñaba con ser algún día actor, lo que ocurrió a finales de los años 30. Consiguió intervenir con pequeños papeles en películas luego "de culto", como Un lugar en el sol y La ventana indiscreta. Mas ya queda dicho que su popularidad la alcanzaría con la serie Perry Mason, que se difundió en un montón de países.

La vida íntima de Raymond Burr no se conocería hasta muchos años después, puede que a través de reportajes y biografías cuando ya no estaba en este mundo. Durante treinta y cinco años fue amante de un joven actor, Robert Benavides, al que conoció durante la guerra de Corea. También allí intimó con otro joven, Frank Vitti, al que presentaría en Hollywood como su "sobrino", pero el romance con éste fue más breve. Dado que la sociedad de entonces, la de los años 40 en adelante, era muy puritana, en los ambientes cinematográficos no se toleraba que un galán o actor protagonista fuera lo que más tarde se llamó ser "gay". Y para tapar esa condición, a Rock Hudson, por ejemplo, al comienzo de su popularidad, "lo casaron" con su secretaria. Fue el caso también de Raymond Burr, que recurrió a Isabella Ward, quien aceptó ¿por dinero, acaso? desposarse con él en 1948. A los pocos meses, "estaba cantado" que se separarían, pero el vínculo matrimonial lo mantuvieron hasta su divorcio en 1952. A partir de entonces ya no pudo guardar las apariencias, pero las publicaciones de entonces, en connivencia con los estudios cinematográficos, silenciaron esa situación. Escándalos de ese y otro tipo, los hubo. Pero la prensa amarilla era bien distinta a la de décadas posteriores. Callaba.

Cuando en 1966 acabó la serie Perry Mason con un total de doscientos setenta y un capítulos, la compañía Universal contrató a Raymond Burr para otra serie, Ironside, que resultó también un exitazo, con mayor audiencia porque, por ejemplo en España, ya por esas calendas en muchas casas no faltaba el televisor. Se daba la circunstancia de que en zonas marginales, se advertían antenas en los tejados de sus pobres hogares. Y es que bastantes familias preferían pasar dificultades pero no privarse de la televisión, pagada en "cómodos" plazos, de dieciocho y hasta treinta y seis meses. Entonces, la nueva serie protagonizada por Burr en la segunda mitad de los 60 y comienzos de los 70 fue Ironside. Allí era el jefe de detectives de San Francisco, abogado penalista que, inválido a causa de heridas de guerra, ejercía su cometido en una silla de ruedas. Cuando en junio de 1970, hace exactamente medio siglo, Raymond Burr llegó a Madrid invitado por TVE, el reportero Felipe Navarro Yale (padre de la hoy conocida novelista Julia Navarro), que cojeaba e iba con un bastón a veces, tuvo la ocurrencia de acudir al aeropuerto de Barajas en silla de ruedas, lo que sorprendió al actor norteamericano nada más acceder a la sala de llegadas. La revista Telerradio tituló entonces en portada: "¡Bienvenido, míster Ironside!"

En 1973 se rodaron varios episodios de una continuación de Perry Mason, pero en Estados Unidos sólo se emitieron quince capítulos. Su protagonista era Monte Markham, que pasó inadvertido. Y en 1985 Raymond Burr ya muy obeso, con barba cenicienta y poblado bigote, volvió a ser el mítico abogado. Veintiséis películas de Perry Mason, que se rodaron hasta la muerte del actor en 1993, víctima de un cáncer de hígado.

Y ahora, con el personaje otra vez en la pequeña pantalla, el personaje del mítico abogado lo interpreta como una precuela Matthew Rhys y tendrá una duración de ocho capítulos.

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