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El orgullo racial de Montse Plá, actriz e hija adoptada de Beatriz Carvajal

La hija adoptada de Beatriz Carvajal se dedica también a la actuación.

La hija adoptada de Beatriz Carvajal se dedica también a la actuación.
Montse Plá | Gtres

Los recientes acontecimientos racistas en los Estados Unidos y Europa tras la muerte de un ciudadano norteamericano negro, George Floyd, a manos de un brutal policía, han desatado como saben una encadenada serie de manifestaciones en favor de los derechos que asisten a las gentes de color. En el mundo cinematográfico, los actores han criticado duramente la decisión de una cadena, HBO, por suprimir en su catálogo nada menos que una de las mejores películas en la historia del Séptimo Arte: Lo que el viento se llevó, tal y como nuestros lectores han podido seguir con atención el pasado fin de semana. Aquí en España no hay apenas profesionales de la interpretación negros. La actriz más relevante se llama Montsé Plá, una guapa, adorable mulata, hija adoptiva de la muy popular y excelente actriz, Beatriz Carvajal. Casada desde hace ocho años con Víctor Clavijo, una de las mejores voces de la escena, la televisión y el doblaje, forman una feliz pareja. Y ella tiene una hermosa historia relacionada con el apellido de su abuelo.

Una corriente de simpatía se establece en seguida entre Montse Plá y quienes se acerquen a ella. La sonrisa permanente de una actriz de aire juvenil, aunque ya tenga cuarenta y dos años, extrovertida y vitalista. Sus ascendientes eran guineanos, pero ella nació en Madrid y fue adoptada por Beatriz Carvajal quien, tres años y medio más tarde, hizo otro tanto con otra niña, Nisma. Hermoso gesto de la estupenda actriz, aquella que popularizó el personaje de "La Loli", la tartamuda de Un, dos, tres..., con una biografía escénica muy importante, que ha cultivado el dama y la tragedia, predominando cara al público su vis cómica.

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Montse y su madre, Beatriz Carvajal | Gtres

Con once años, Montse debutó junto a su madre en un breve cometido. La acompaña en sus giras teatrales. Y ahí es donde nació su vocación artística. Beatriz le advirtió que ser actriz significaba enfrentarse a una profesión muy dura e inestable. Antes, debía estudiar una carrera. Obedeció Montse y cursó Ciencias de la Comunicación, rama de Imagen y Sonido. Se relacionó con otros jóvenes ávidos de interpretar o dirigir películas. Y cuando le llegó el momento de actuar comprobó las muchas dificultades existentes para ser contratada… sobre todo teniendo la piel muy morena: "Las barreras raciales existían y existirán siempre, aunque creo que últimamente la sociedad está cambiando y cada vez hay más actores de color en España, no muchos, la verdad, que están en los repartos, o en publicidad. Pero sí, claro, no hay demasiados papeles para los negros, no se nos tiene en cuenta".

No obstante esos muros que a los negros les impide ejercer sin problemas una serie de profesiones, en este caso la interpretación, Montse Plá ha superado siempre todos los inconvenientes que se han cruzado en su camino. No le arredró trabajar en una tienda como vendedora durante cuatro años. Esperó pacientemente su momento, y en uno de los "cástings" a los que se presentaba la eligieron para trabajar en Razas. Su "curriculum" hasta la fecha, que condensamos, contiene apariciones en series de gran audiencia: Al salir de casa, Policías, Gran Reserva, Derecho a soñar, Hospital Central, Amar es para siempre, Seis hermanas… En Compañeros tuvo la emoción de actuar junto a su madre. Y a su lado también pisó por vez primera un escenario, la obra Los diablillos rojos.

Y en la gran pantalla, Montse Plá ha tenido felices intervenciones en Ola de crímenes y Lo nunca visto. En esta última cinta se planteaba el argumento de unos personajes representando la diversidad de caracteres que se encuentran en la vida diaria. Algo que Montse Plá, por sus circunstancias, lo sintió muy cerca de su corazón. Es consciente que, por la calle, la gente la mira, a pesar de que piense que en España no hay racismo. "Nada más salir a la calle me doy cuenta que pertenezco a otra raza. Diferente".

Por eso Montse Plá se apuntó a la asociación The Black View, que vela por los derechos de los artistas negros en España. Un bien común los acoge. Y el líder es Armando Buika, emparentado con la cantante negra mallorquina.

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Víctor Clavijo y Montse Plá | Cordon Press

Un día le llegó la hora del amor a Montse Plá. Un galán serio, de agraciado físico, se fijó en ella. Que le correspondió. Un gaditano de Algeciras llamado Víctor Clavijo, que de estudiante de Derecho en Granada se mudó a Madrid para cursar Arte Dramático. Y se enamoró nada más conocerla. Mediante Facebook. No dejaban de cruzarse mensajes. Se vieron, se gustaron, se fueron a vivir juntos en 2012… y hasta hoy, tan contentos. Tiene cara de buena persona este Víctor Clavijo. Habitual personaje de series televisivas, la última, Diarios de la cuarentena, muy controvertida. Pero en su historial hay títulos de teatro y cine muy notables. Amén de un físico atractivo, un aire de galán con muy cuidado bigote, Víctor destaca por su magnífica voz, lo que le ha dotado para intervenir en muchos doblajes. Con cuarenta y seis años ha demostrado ser un actor sólido. Se lleva estupendamente con su suegra, Beatriz Carvajal, quien sólo espera ser abuela… cuando la pareja se decida.

Un último apunte: Montse decidió llevar artísticamente el apellido de su abuelo, Plá. En realidad es el suyo propio, acompañado de Navarro, los dos de su madre adoptiva, que así la registró. Beatriz, sin embargo, quiso ser conocida con otro, Carvajal. No quería que en la profesión se dijera que se aprovechaba del puesto de su padre, abogado del Sindicato de Actores. Y así, Montse, optó por no utilizar el Carvajal materno artísticamente, sino el de su abuelo, como un homenaje.

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