Rocío Jurado fue el pegamento que mantenía unida a su familia, pero desde su triste fallecimiento en 2006 nada volvió a ser igual. Las desavenencias entre su hija Rocío Carrasco y el resto de la familia siguen acaparando titulares a día de hoy. Los motivos del distanciamiento de la hija mayor de la artista con sus propios hijos parecen claros, pero ahora se conoce la razón por la que Rocío rompió la relación con su padrastro José Ortega Cano. "Ya no quiero a Rocío Carrasco. Tampoco la odio pero no existe ese cariño ni la relación que hubo en sus tiempos", llegó a decir el torero en Viva la vida.
Según desveló el periodista Antonio Rossi, la ruptura definitiva entre Rocío y Ortega Cano se produjo tras la venta del piso en Miami que ésta heredó de su madre al fallecer. En los años 80 la artista posaba feliz en su hogar para la revista Lecturas con una jovencísima Rocío y su entonces marido Pedro Carrasco.
La vivienda, el "cuartel general" en el que se refugiaba Jurado durante sus giras americanas, contaba con dos plantas, un gran comedor, una amplia cocina, y un jardín con dos piscinas. Una auténtica joya y un enclave en el que la familia pasó momentos muy felices. Ortega Cano no parecía estar dispuesto a perder la mansión en la que tantos buenos momentos pasó su mujer, por lo que cuando Rocío consiguió venderla en 2010 por 900.000 euros, el distanciamiento entre ambos derivó en ruptura.
En sus últimas voluntades, Rocío Jurado convirtió a su primogénita en heredera universal de su patrimonio musical, así como de todas sus pertenencias personales y profesionales: derechos, muebles, ropa, joyas, etc. También numerosos inmuebles. Además de la casa de Miami, Rocío Carrasco heredó la finca El Administrador en Chipiona y la mitad de otra que compró cuando ya estaba casada con Ortega Cano. La casa que tenía en La Moraleja se vendió dos años después de su muerte y se dividió en tres partes, para cada uno de sus hijos: Rocío, José Fernando y Gloria Camila.
Sus hermanos Amador y Gloria Mohedano se quedaron la finca Los Naranjos. Además, el primero se quedó una nave industrial en San Sebastián de los Reyes mientras que la segunda, con la casa en Chipiona Mi abuela.