José Antonio Avilés ya se encuentra en nuestro país. El exconcursante de Supervivientes 2020 ha pisado suelo español esta madrugada cuando ha regresado a Madrid junto a Ivana Icardi, una de las últimas expulsadas del concurso.
Sin intención de responder a ninguna de las prenguntas de la prensa, Avilés ha lucido los característicos cascos que les proporciona el programa para que no escuchen nada de su alrededor.
Con paso firme y nuevo look, ya sin barba y con la cabeza rapada, el joven ha vuelto a España en un momento de incertidumbre laboral para él. Y es que su reconocimiento de que se había inventado una vida paralela y sus deudas (o estafas según Kiko Matamoros) le han puesto contra las cuerdas.
José Antonio se tendrá que volver a sentar en el plató de Supervivientes y en el de Viva la vida, el que era su programa hasta ahora, para aclarar todo lo que ha ido sucediendo a lo largo de estos años. Y es que a las supuestas mentiras sobre su profesionalidad se suman otras acusaciones más graves de estafa y fraude.
Son múltiples los testimonios de personas que aseguran que el superviviente les debe dinero, tantos que es casi imposible recogerlos todos. Una empresa de alquiler de carros y caballos para ferias, marcas de ropa, concesionarios de coches, tiendas de muebles e, incluso, una ONG de niños con síndrome de Down, reclaman dinero a Avilés.