Lydia Lozano ha decidido no regresar a su puesto de trabajo en Sálvame, al menos hasta que se deje de hablar del polígrafo secreto al que se sometió hace quince años durante los convulsos meses en los que habló sobre el supuesto paradero de Ylenia Carrisi, hija de Al Bano y Romina Power. Una prueba con la máquina de la verdad que se habría silenciado hasta ahora y que Telecinco habría realizado para saber si la información que manejaba la periodista era fiable.
El programa se puso en contacto con Amável Sanches, el poligrafísta que llevó a cabo la prueba, que recordó lo complicada que fue para Lydia: "No se realizó con la idea de emitirse, fue un polígrafo de prueba. Recuerdo que Lydia estaba muy afectada emocionalmente al tratar ciertos asuntos", aseguró. "Yo no conocía a Lydia, no conocía muy bien lo que estaba pasando con ella porque para mi todo era nuevo. Pero sé que se trataron temas muy difíciles para ella. Estaba muy emocionada por los temas que se trataron, temas que le afectaban".
Ante las preguntas del programa de si haría públicos los resultados de la prueba, el experto afirmó que prefiere "no hablar de cosas concretas sin tener el consentimiento de Lydia, aunque reconoció que los tiene guardados: "Depende de Telecinco y de Lydia si quieren que los resultados salgan a la luz".
El polígrafo en cuestión fue realizado en mayo del año 2005 y para su ejecución se blindó una parte de las instalaciones de Mediaset. Solo se permitió el acceso de personas autorizadas tanto en el plató como en el control. Lydia respondió a las preguntas a solas, con el plató en penumbra y durante horas. En varias ocasiones, se rompió y acabó tan afectada que tuvo que marcharse a casa.