La crónica rosa de Es la mañana de Federico ha contado con Isabel González, Beatriz Cortázar y Carlos Pérez Gimeno para abordar todos los temas de la actualidad social. Incluyendo la relación de Ana Maria Aldón y José Ortega Cano, que ha pasado sus altibajos desde que ella está la isla de Supervivientes.
Todo ello a colación de dos intervenciones del diestro, la mantenida en el Deluxe del sábado y la entrevista con Beatriz Cortázar en la revista Corazón. En ambas se deduce un evidente descontento de Ortega con su mujer, de la que dice sentirse muy orgulloso al tiempo que no oculta su malestar por su comportamiento.
Lo que más ha molestado al torero, con diferencia, ha sido el hacer frente a las imágenes de su mujer rebozándose por el suelo con Albert Barranco o comiendo tarta del cuerpo de su compañero. "Tengo que hablar con ella, lógicamente", dijo muy serio.
Todo ello pese a reconocer lo particular de las circunstancias de un concurso como Supervivientes. "No tiene que ser fácil, no comer o dormir, tiene que ser durísimo y yo no sería capaz, pero también hay momentos de disfrute". Sin embargo, Ortega no conseguía ocultar su malestar ante las imágenes y sentenciaba: "Le daré la enhorabuena por su concurso, ha superado la barrera de los miedos, las pruebas, la comida, ha sido una jabata, pero las tonterías nada más que con su marido".
Según la periodista Beatriz Cortázar, Ortega Cano "es torero y tiene una educación más cerrada en ese sentido. Y así me lo dijo. No le hacen ni pizca de gracia los juegos sexys con Barranco. A mí esas cosas no me hacen gracia. Pero de ahí a una crisis… uno de los titulares que me dio es que él está por la labor de tener otra niña, está esperando con ganas".
Esto en lo relativo a los posibles celos de Ortega, pero ¿y los que ha podido tener Ana María durante su matrimonio con la fallecida Rocío Jurado? "Tampoco estuvo acertado, dijo que era admiradora y casi vecinas, y que era imposible que se comparasen", según la subdirectora Isabel González.
Ortega lo ve así: "Rocío Jurado fue la primera y Ana María la segunda, pero considera que no hay que compararlas. Ana María nunca se puso celosa —dice— porque es la primera fan de Rocío, y en su casa se levantan y acuestan escuchando a Rocío Jurado", dijo el torero a Beatriz Cortázar.