Mucho se está hablando en las últimas semanas sobre la vida de José Antonio Avilés (Supervivientes). A su llegada a España, el supuesto periodista de Viva la vida tendrá que hacer frente a los problemas que se le acumulan: acusaciones de fraude y estafa, así como testimonios que cuestionan su profesionalidad a la hora de conseguir entrevistas.
El superviviente tendrá que demostrar que realmente es licenciado en periodismo tal y como él mismo ha asegurado en diversas ocasiones (aunque con versiones muy distintas). En las discusiones con sus compañeros en Honduras, Avilés se escudaba en que es un profesional de la comunicación, algo que despertó las sospechas de Sálvame que comprobó que no existía registro de su paso por Universidad de Gales, centro donde aseguró que había realizado sus estudios. "Nunca ha estado matriculado en la escuela y me consta porque he hablado con el resto de centros adscritos a la Universidad de Gales", dijo el director de ESCO de Granada, centro adscrito a la universidad.
Además de asegurar que es periodista, también ha contado a su entorno que ha trabajado como auxiliar de vuelo o que posee el título de patrón de barco de recreo, algo que varios testimonios se han encargado de desmentir.
A las supuestas mentiras sobre su profesionalidad se suman otras acusaciones más graves de estafa y fraude. Son múltiples los testimonios que aseguran que el superviviente les debe dinero, tantos que es casi imposible recogerlos todos. Una empresa de alquiler de carros y caballos para ferias, marcas de ropa, concesionarios de coches, tiendas de muebles e incluso una ONG de niños con síndrome de Down, reclaman dinero a Avilés.
También han ofrecido su testimonio los padres de Julen, el niño fallecido tras caer a un pozo en Totalán en enero de 2019, que se habrían sentido engañados por el periodista para conseguir información: "Ya se ha visto cómo es y lo único que quiero es que nos quedemos tranquilos, como estamos. No quiero tener nada que ver con este chaval Estamos reuniendo todos los papeles y todas las pruebas para mandárselas a nuestra abogada", dijo José en un audio enviado a Sálvame. Otros afectados son los familiares de José Antonio Reyes, futbolista fallecido en un accidente de tráfico, que aseguraron que se habría acercado a la familia a través del "chantaje emocional".
Esta semana un nuevo testimonio se suma a la lista de agraviados por Avilés: su exrepresentante. "Es un fantasma", aseguró. "Su vida es una mentira, tanto a nivel profesional como personal. No es nieto de ninguna duquesa, su padre no trabaja en Dubái, Florentino Pérez no es su tío, no tiene ninguna tía en Televisión Española, Santiago Cañizares no es su amigo y tampoco lo es Piqué", aseguró por boca del periodista Jesús Manuel en Sálvame.
¿A qué penas se podría enfrentar?
Montse Suárez, abogada y colaboradora del programa, estudió las acusaciones que se le adjudican a Avilés y dividió en siete partes los presuntos delitos en los que supuestamente habría incurrido: en primer lugar, apuntó que decir que uno es periodista sin serlo puede no ser delito pero sí si se efectúan pagos falsos o se falsifica un título. En este caso estaríamos hablando de un año y medio de prisión porque se trataría de un presunto delito de falsificación de título oficial.
Por otro lado, se habrían recibido diez llamadas de diez personas que dicen haber sido víctimas de una presunta estafa por valor inferior a 400 euros. En este caso, sería condenado a pagar una multa pero la "multirreincidencia podría hacer que se convirtiera en pena de prisión". También hay testimonio de más de siete personas que sí superarían la cifra de 400 euros. Aquí cambiaría su modus operandi incluyendo presuntas falsedades de documentos bancarios. De comprobarse podría suponer tres años y medio de prisión.
Por otro lado hay seis personas que dicen haber sido víctimas de las denominadas estafas simples, como los casos de ropa para promoción en televisión. Igualmente estaríamos hablando de 3 años de prisión.
Existe también el caso de la duquesa de Alba. Según apuntó Víctor Sandoval, José Antonio habría encargado a unos joyeros una colección de joyas en nombre de Eugenia Martínez de Irujo. Esto supondría un año de prisión porque habría falsificado un dossier con el encargo.