Oriana Marzoli está en el ojo del huracán. La venezolana ha generado una gran polémica tras saltarse el confinamiento por el coronavirus y disfrutar de una fiesta en una piscina privada con sus amigos.
La influencer lo mostró todo en Instagram Stories sin importarle demasiado que su tarde de ocio fuera en contra de la ley, con multas que van de 600 a 30.000 euros.
Primero, la joven se hizo un test PCR ante sus seguidores para demostrar que no estaba afectada de coronavirus. Como salió negativo, dio inicio a su día de fiesta.
Oriana, de 26 años, ni corta ni perezosa cogió su coche y se presentó en casa de unos amigos pese a que el estado de alarma impuesto por el Gobierno continúa. No solo hizo eso, sino que además se grabó conduciendo, lo que ya de por sí es una infracción.
Una vez en el chalet de sus amigos, Oriana se lo pasó en grande con un bikini diminuto. Naturalmente, nadie llevaba mascarilla, guantes o cualquier tipo de protección.
Acrobacias, abrazos, bailes y todo tipo de actividades típicas de una fiesta, pero un domicilio ajeno y con personas que no viven habitualmente bajo su mismo techo.
Oriana saltándose el confinamiento dos dias seguidos...esta chavala hace lo que le sale del mismísimo(esa no es su casa)con casi 2 millones de seguidores,vaya ejemplobr> @policia @sanidadgob @desdelamoncloa #LoEstamosConsiguiendo #Socialité332 pic.twitter.com/IqP9qapcA9
— Jotacdv@jotacdv) May 3, 2020
Naturalmente, muchos seguidores de Oriana y otros usuarios de redes sociales han dado buena cuenta de su actitud negligente e irrespetuosa con los demás españoles que sí respetan el estado de alarma pese a sus inconvenientes.
No es el primer día que la venezolana se salta el confinamiento. Justo el día anterior, y como también se reflejó en redes sociales, lo hizo para acudir a cenar con otro influencer, Alejandro Bernardos, en una nueva noche de alcohol y pizza.