La crónica rosa de Es la mañana de Federico ha contado con Beatriz Cortázar y Alaska para valorar todos los temas de la actualidad social. Incluyendo lo ocurrido con Ana María Aldón en Supervivientes, que sigue adelante pese a la crisis del coronavirus. Todo a costa de la relación de la mujer de Ortega Cano con Rocío Flores, a la que asegura no considerar como "su familia" y cuyos problemas —aseguró— se asimilan más a "chiquilladas".
Ana María Aldón ya demostró en las primeras semanas de Supervivientes que su objetivo era hacer su propio concurso. Y ahora, a estas alturas, casi nadie cuestiona que la previsible piña entre ambas mujeres no va a producirse, con Ana María posicionándose del lado de Yiya, la gran enemiga de Rocío Flores, y callando ante la oleada de insultos que aquella dedicó a la hija de Antonio David.
Rocío Flores, si bien no es familia directa de Ana María, sí es la mejor amiga de su hija Gloria Camila además de hija de Rocío Carrasco, hija de la anterior mujer de su marido. Ese parentesco, sin embargo, no ha sido suficiente para que Ana María se moje por ella. La impresión es que la mujer de Ortega ha ahondado en la fractura interna de la familia y deja la duda de qué dirá el torero a su mujer cuando esta semana se ponga en contacto con ella por primera vez en dos meses.
Según explicó Beatriz Cortázar en Es la mañana de Federico, y conociendo a Ortega Cano, "va a estar intentado torear la situación; va a decir a su mujer que se abrace con Rocío Flores porque es una persona que huye de polémicas y ha vivido demasiadas en su propia piel".
Las razones podrían ser también médicas. Y es que a estas alturas, a Ortega las polémicas le generan "arritmias cardiacas" y tensiones innecesaria. "Eso le altera, le hace sufrir".
¿Generará un conflicto con su mujer, que ha demostrado un carácter fuera de toda duda? "Ana María dijo una frase, que todo esto eran chiquilladas, y en el fondo lo son; son los problemas de una adolescente como Rocío Flores. Ella es ya una señora que tiene una nieta y hay cosas que le parecen eso, chiquilladas".
El pronóstico de la periodista es un tanto pesimista, y es que "a Ana Maria le va a salir caro su independencia y más que cariñoso, Ortega va a estar más tipo consejero. Le dirá que hable con ella y le dará consejos porque lo que no quiere son problemas a la vuelta".