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El gran enfado de Rocío Carrasco en los pasillos de Telecinco: "Entró en cólera"

Mila Ximénez narra en su columna semanal en Lecturas el suceso que vivió en Telecinco con la hija de Rocío Jurado.

Rocío Carrasco | Gtres

Mila Ximénez reflexiona en su columna semanal en la revista Lecturas sobre la relación entre Rocío Carrasco y su hija Rocío Flores. Ambas llevan más de ocho años sin verse a raíz de un terrible hecho que terminó en los juzgados del que la hija de Rocío Jurado nunca ha querido hablar. Un silencio que, según Mila, tendría una explicación: "Está protegiendo a su hija".

La colaboradora de Sálvame critica la actitud que mantiene el entorno más cercano a Rocío Carrasco: "No puedo entender la falta de empatía de las amigas", dice, en lo que podría ser un dardo envenenado hacía las hermanas Campos. "No puedo entender cómo pueden seguir vapuleando a una niña que pide a gritos que su madre vuelva", escribe haciendo referencia a las continuas críticas que está recibiendo la superviviente en los platós de televisión por parte de personas cercanas a su madre como Alejandra Rubio, Carmen Borrego y Belén Rodríguez. "Ya no me sirve oír que 'ojalá supiera la verdad', porque me importa a estas alturas entre poco y nada. Lo único que veo es a una hija suplicando (…) No puedo imaginarme qué puede hacerte sentir tan distante de tu hija cuando nos rompe a los que no la conocemos".

Mila narra también una anécdota que vivió con Rocío Carrasco en la época en la que presentaba el programa Hable con ellas en Telecinco y que evidenciaría el amor que siente hacia su hija: "Antes de entrar en plató, en el pasillo entró el cólera. Tiró el bolso contra la pared y nos dijo que nadie tenía que hablar de su hija, porque solo ella la había parido y era su obligación protegerla, de ahí su silencio".

Y concluye con su columna pidiendo reflexionar a las personas más cercanas a Rocío Carrasco: "Se permiten dudar del dolor de su hija, que aislada en circunstancias muy duras se ha dado más cuenta que nunca de la soledad que le produce su ausencia. Ella no callará nunca mientras permita que su gente sean sus mensajeros. No hay nada peor que los falsos silentes y los mensajeros serviles que están inutilizados para la crítica de su correo. Y aquí me voy a quedar. De momento".

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