Ágatha Ruiz de la Prada se convirtió este viernes en la nueva invitada del programa Volverte a ver. La diseñadora se sentó junto a Carlos Sobera reconociendo que las sorpresas no le gustan nada. "A mí me hicieron un año una en Inocente, inocente y el 80% de mi equipo que participó fue a la calle porque de verdad que no me gusta. Hubo una sorpresa en Telecinco que sí que me gustó, me regalaron un perrito", explicó al comienzo del programa.
Una Ágatha renacida que ha visto como su vida daba un giro de 180 grados cuando se divorciaba de Pedro J. Ramírez, su pareja durante dos décadas y padre de sus dos hijos: Tristán y Cósima. "Primero fue un proceso de sorpresa porque dicen que muchas veces es peor una sorpresa que una mala noticia. A mí me sorprendió el divorcio, tuvo una cosa buena, adelgacé 10 kilos en una semana", aseguró, además de confesar que sirvió para relanzar sus ventas: "La gente como que te quiere más y si te quieren más pues vendes más. Yo creo que estás también más creativa".
Una visita a Telecinco en la que sus hijos querían sorprenderla para decirle públicamente todo lo que la querían. Y es que el proceso de divorcio le sirvió para unirse aún más: "Es un momento que humaniza mucho a tus padres, hasta ese momento los tienes visto como infalibles, han sido los que en tu infancia te han creado. Ahí los ves más como personas reales que sufren, que cometen los mismos errores de todos y aprendes mucho de ese momento", comentó Tristán. Por su parte, Cósima explicó: "Te los desmitifica un poco, ha sido una oportunidad muy buena, aunque ha habido muchos conflictos. Pero nos ha hecho ser muy amigos de nuestros padres, de los dos".
Para Ágatha, sus hijos son "lo mejor que le ha podido pasar": "Tristán es mucho más bueno que yo, infinitamente más bueno que su padre. Los dos son superlistos y Tristán es muy sensible. Los dos son más listos que yo, Cósima es muy muy lista. Ellos se sacan menos provecho de lo que podrían".