El tiempo pasa muy deprisa y parece mentira que hayan transcurrido 25 años de aquella boda, que sin lugar a dudas fue la más bonita y vistosa de las tres pertenecientes a la Casa Real. Sevilla era un espectáculo, con un sol y una luz propia de esa maravillosa ciudad. Sus habitantes se echaron a la calle para no perderse el acontecimiento del año. Se trataba de la boda de la hija mayor de los entonces reyes Don Juan Carlos y Doña Sofia, Elena de Borbón, con don Jaime de Marichalar.
Fue todo un acontecimiento porque hacia casi 90 años que no se celebraba una boda real en España, la de Don Alfonso XIII con Doña Victoria de Battenberg.
El cariño y entusiasmo de los sevillanos fue palpable en todo momento, y los vítores y aplausos a los novios fueron impresionantes. Les cantaban sevillanas durante el recorrido que hicieron tanto a pie desde los Reales Alcaceres, hasta la catedral, como el que hicieron en calesa para depositar el ramo de flores en la Iglesia de El Salvador, donde reposan los restos mortales de sus bisabuelos, los padres de doña Mercedes, Condesa de Barcelona.
Mas de 1.000 invitados, representantes de Casas Reales de todo el mundo, jefes de estado y de gobierno, asistieron al enlace.
De aquel matrimonio nacieron dos hijos, el primogénito Felipe Juan Froilán, que con este ultimo nombre es como se le conoce, aunque en el entorno familiar, le llamen Pipe. Vino al mundo el 17 de Julio de 1998. Dos años después nació Victoria Federica, el 9 de septiembre del 2000.
Fueron unos años con sus idas y venidas, a consecuencia de los rumores de crisis del matrimonio, hasta que llegó como así lo llamaron "El cese de la convivencia", en el 2007. La última vez que se les vio juntos fue en los tradicionales premios de la revista Telva, donde cada año acudía una de las dos infantas. Dos años mas tarde de esa separación, firmaron el divorcio. Nunca más se les ha viso juntos, a pesar de mantener una relación bastante civilizada.
En la actualidad a doña Elena, se le ve con mucha asiduidad acompañando a su padre el Rey Emérito en corridas de toros, ya que es sobradamente conocida la gran afición que los dos profesan. Mientras que su exmarido sigue muy metido de lleno en el mundo de la moda, llegando a crear su propia firma de sastrería a medida B Corner, junto a dos socios, Federico Zanolla y Goyo Fernández, en una apuesta conjunta por la costura artesanal.