La opinión pública estadounidense y el movimiento #MeToo permanecen a la espera de conocer la sentencia definitiva de Harvey Weinstein, el todopoderoso productor de Hollywood caído en desgracia y declarado culpable de dos delitos sexuales. Pero quien no quiere saber nada es su exmujer y madre de sus dos hijos Georgina Chapman.
La diseñadora, creadora de la firma Marchesa, pidió el divorcio al destaparse el escándalo y lanzó un comunicado en el que aseguraba que no conocía la faceta de depredador sexual de su marido: "Mi corazón está roto por todas las mujeres que han sufrido un tremendo dolor debido a estas acciones imperdonables. Elegí dejar a mi esposo. El cuidado de mis hijos pequeños es mi prioridad y pido privacidad a los medios en este momento". El divorcio se disolvió rápido: Weinstein pagó a Chapman 20 millones de dólares y ella se quedó con la custodia de los niños.
¿Ni siquiera le habían llegado rumores a Georgina Chapman de las dudosas prácticas de su esposo con las mujeres con las que trabajó durante años? Puede resultar extraño, pero la investigación de The New York Times que dio voz a las mujeres que acusaron a Weinstein desveló que el productor tenía toda una maquinaria montada para que su mujer no se enterara de nada. Los asistentes y trabajadores del fundador de Miramax tenían unas pautas recogidas en un libro al que llamaban la Biblia donde consultaban cómo actuar en caso de que Chapman preguntara por su marido.
Su vida personal se desmoronó y la profesional fue por el mismo camino. Fueron muchas las famosas que durante años lucieron los diseños de Marchesa en las alfombras rojas más importantes. Sus vestidos de princesa encandilaron a actrices como Diane Kruger, Sofía Vergara, Nicole Kidman o Penélope Cruz, incluso Sandra Bullock recogió su primer Oscar en 2010 por Un sueño imposible con un precioso diseño dorado firmado por la casa estadounidense.
Marchesa, fundada por Chapman y su socia Keren Craig en 2004, nació casi a la vez que la relación entre Weinstein y la diseñadora. A medida que la relación se afianzaba, el productor instaba a actrices de Hollywood a lucir los diseños de Georgina. El abuso llegó a tal punto, que algunas de las firmas presentaron quejas porque Marchesa acaparaba todo. Pero igual que las garras de Weinstein ayudaron a la firma a despegar, también tuvieron mucho que ver en su declive. El chantaje no solo era sexual: famosas como Felicity Huffman confesaron que Weinstein amenazó con destruir sus carreras si se negaban a usar un Marchesa. Craig abandonó a su socia en julio de 2019 y la firma sufrió grandes pérdidas tras el boicot. Nadie quería verse salpicado por el escándalo.
Pero la diseñadora no estaba sola. La mismísima Anna Wintour, directora de la edición estadounidense de Vogue y una de las mujeres más influyentes de la industria de la moda, escribió una carta en el número de septiembre de 2018 echando un capote a su amiga: "Creo que una persona no debe hacerse responsable de las acciones de su pareja". Unas palabras que el movimiento #MeToo, que abraza la sororidad entre mujeres, no podía pasar por alto.
Chapman nunca quiso hacerse la víctima y sigue trabajando duro por recuperar su trono en la moda. Varias mujeres la apoyan públicamente en entrevistas y con hechos. "No es su culpa y no creo que esté bien culpar a una mujer que se ha hecho a sí misma por algo que hizo otra persona en su vida. Esa es una actitud incorrecta", declaró Priyanka Chopra a Women´s Wear Daily. Scarlett Johansson ha sido una de las últimas en volver a vestir Marchesa y lo hizo en la gala MET de 2018, en mitad del escándalo.
La firma tuvo que abandonar las pasarelas y su cuenta de Instagram no se actualiza desde 2017, pero comienza a levantar el vuelo. Georgina Chapman regresó a la Semana de la Moda de Nueva York este año para presentar su nueva colección, que recibió numerosos elogios por sus trajes de noche y diseños de alta costura.
Poco a poco Chapman se recupera e incluso le ha dado otra oportunidad al amor a sus 43 años, con toda una vida por delante. Una fuente cercana a la diseñadora confirmó que mantiene desde hace meses una relación con el actor Adrien Brody, con quien se rumoreaba que empezó a salir el pasado otoño.
La pareja y la estrella de cine se conocían desde hace años y fue el mismo Weinstein quien los presentó. Al parecer saltaron chispas cuando fueron invitados a Puerto Rico para el lanzamiento de la línea de trajes de baño de la modelo Helena Christensen el pasado abril, celebrado en la elegante Reserva Dorado Beach Ritz-Carlton.
Brody apareció en dos de las producciones de Weinstein dirigidas por Miramax: Jailbreakers (Prófugos), una película para televisión estrenada en 1994, y Hollywoodland de 2006, una cinta que protagonizó junto a Ben Affleck y Bob Hoskins.