Fran y Cayetano Rivera, muy unidos a su primo Canales Rivera tras abominar de él
Fran y Cayetano Rivera ahora están muy unidos a Canales Rivera, su primo, del que antes no querían saber nada.
Las enemistades, los rencores, han alimentado a Fran y Cayetano Rivera desde que Francisco Rivera Paquirri muriera en 1984 tras su cogida en la plaza de toros de Pozoblanco, las relaciones familiares. Ni Isabel Pantoja quiso desde entonces saber nada de los deudos de su esposo ni siquiera con los hijos de éste habidos en su matrimonio con Carmen Ordóñez. Solamente Kiko firmó la pipa de la paz con sus primos. Y a este culebrón hay que añadir ese otro hijo de Carmina con un palmero y fracasado cantautor de rumbas y sevillanas que malvive y cuenta de vez en cuando sus penas en los programas basura de las televisiones, joven del que ya sus otros parientes toreros abominan, tras haberle echado alguna mano.
Queda otro primo en esta historia de odios solapados, que es otro matador de toros, José Antonio Canales Rivera, hijo de Teresa, la hermana que tanto quería Paquirri. Durante bastantes temporadas Francisco Rivera (que ahora se anuncia Paquirri en honor de su progenitor) se negaba a ayudar a Canales Rivera, pudiéndolo recomendar en carteles de categoría. Cayetano, no evidenció tanta inquina. Y todo porque no perdonaron nunca que Teresa Rivera, en memoria de su hermano muerto, reivindicara su figura y quizás se extralimitara hablando demasiado de los descendientes de éste. Y pagó el pato Canales Rivera, quien de un comienzo prometedor en los ruedos, terminó siendo un torero sin contratos, alimentando su afición en los últimos tiempos en tentaderos y festivales de tres al cuarto.
Esa inestabilidad profesional, traducida en escasos o nulos ingresos, dieron al traste con su matrimonio con María del Carmen Fernández, celebrado en 2004, del que nacieron dos hijos, Pancho y Carmela Guadalupe. Pero ya en 2016, en pleno ocaso taurino de José Antonio, la pareja se separó. A la ruptura contribuyó él, alegando que ya era hora de divertirse, olvidando quizás sus obligaciones como esposo y cabeza de familia. Se le vio metido en juergas, con amistades femeninas de todo tipo, entre ellas con Bárbara Kimpel, cuñada de Antonio Banderas, y Patricia Martínez, la ex del seductor jinete Álvaro Muñoz Escassi. Más bien estos dos últimos roces sólo fueron de cara a la galería, entre bromas ante los reporteros gráficos, para así aparecer en las páginas rosas y gozar de algunas migajas de publicidad en ellas.
De pronto, el pasado año José Antonio Canales Rivera hizo las paces con sus primos Francisco y Cayetano. Y torearon los tres en un festival que se celebra en primavera con fines benéficos, entonces en favor de José Rivera Riverita, hermano mayor de Paquirri. Y este año se anuncia para el 11 de abril otro festejo benéfico en la misma plaza portátil de Zahara de los Atunes, el pueblo donde naciera el infortunado Francisco Rivera Paquirri, aunque siempre se diga que era de Barbate, población aledaña, y que organiza su sobrino José Antonio. Ya hay paz entre los tres primos. Aunque la situación de Canales Rivera continúa igual, sin vestirse de luces, o sólo de tarde en tarde. Tuvo hace algún tiempo que malvivir con lo que le pagaba una cadena de restaurantes de la Línea de la Concepción donde ejercía de relaciones públicas. Así como tiempo atrás se ganaba los garbanzos en programas y series de televisión, desde Supervivientes, concurso que ganó hasta el último, Ven a cenar conmigo.
Entre tanto, Francisco Rivera aumenta su gran patrimonio millonario, bien en sus campañas taurinas, aunque se ha retirado un par de veces, o gracias a sus contratos publicitarios y también sus bien pagados programas en la pequeña pantalla. Cuida de sus negocios, muy variados y ya puede estar tranquilo: tiene pagada la luz con muchos años de adelanto. Su matrimonio con Lourdes Montes le ha deparado el equilibrio que no tuvo con sus anteriores mujeres. Por su parte, Cayetano, mejor torero que su hermano primogénito, trata de revalidar su buena temporada anterior y sobre todo recomponer su relación matrimonial con Eva González, después de haber cometido la que se considera un trampa que en Londres le tendió esa canaria, de la que es más saludable no citar por su nombre. Pero él acudió a la cita y está pagando las consecuencias. Ahora que comienza la temporada taurina, su mente está en los ruedos y se olvidará pronto de quien todo hace pensar que lo engañó por su ingenuidad e inmadurez en asuntos del corazón.
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