Eugenia Martínez de Irujo se ha convertido en la protagonista del número de marzo de la revista Vanity Fair. La hija pequeña de la duquesa de Alba es la estrella de este reportaje donde comparte espacio con Laura Ponte y Alba Galocha para recrear la indumentaria del Siglo de Oro. Todo ello fotografiado por Erwin Olaf, fotógrafo de cámara de la familia real holandesa.
Durante su entrevista, la duquesa de Montoro se deshace en halagos hacia Narcís Rebollo, su marido desde que se dieron el 'sí, quiero' en una divertida boda celebrada en Las Vegas: "Compré los anillos más horteras que encontré y alquilé los disfraces. Cuando acabaron los premios Grammy, nos fuimos al hotel y a las 23:30 de la noche llegaba la limusina. Narcís ni se había probado el disfraz, pero cuando llegamos a la ceremonia, a medianoche, estaba muy en su papel. Yo lo miraba y no podía reprimir las carcajadas. No me he reído más en mi vida".
Una felicidad que choca de lleno con la relación tan fría que tiene ahora con su hermano Cayetano. Sus paseos por los platós de televisión aireando las disputas con sus hermanos no han agradado a Eugenia: "No me meto en eso. Todos somos independientes. Cayetano es Cayetano, yo soy yo y cada uno de mis hermanos es cada uno de mis hermanos. Él es libre de actuar y de hacer lo que quiera. A mí lo que me gusta es ser consecuente".
Además, la ex de Francisco Rivera asegura que se lleva muy bien con sus otros cinco hermanos menos con Cayetano: "Me llevo fantástico con todos los demás y los adoro. Con Cayetano no tengo relación, pero nunca dejaré de quererlo. Es mi hermano". Una situación a la que han llegado según Eugenia porque "hay ciertas cosas que" le "hacen mucho daño. En esta época de mi vida ya no me gustan las montañas rusas: un día fenomenal y al día siguiente fatal. Nadie tiene derecho a quitarme la felicidad. Llega un momento que uno pone el freno, dice: 'Hasta aquí'. Y es humano".
Y es que para Eugenia Martínez de Irujo la labor que está haciendo su hermano como duque de Alba es impecable: "Cuestionar su gestión es lo mismo que hablar de política. Cuando estás fuera, es muy fácil criticar, pero, amigo mío, cuando estás dentro, las cosas cambian. Creo que lo está haciendo muy bien y eso que su trabajo no es nada fácil. La vida evoluciona, los tiempos evolucionan y estamos ya en el siglo XXI".