Carolina Cerezuela y Jaime Anglada arrasaron con una magnifica actuación en Sevilla apoyando a sus amigos los diseñadores Adolfo Briz y Emilio Ayala. Fue en la presentación de su última colección de la firma Cocoa, de la que ellos son creadores, y donde cantaron trabajos incluidos en su segundo trabajo discográfico, "Detrás del corazón". "Con los Cocoa tenemos una gran amistad y hemos compuesto un tema para ellos que refleja su historia individual y profesional", declararon encantados. El desfile comenzó con la aparición de Carolina en la pasarela recordando sus comienzos como modelo. "Hacía más de 15 años que no desfilaba y me ha hecho mucha ilusión", comentó al respecto.
Cerezuela y Anglada llevan 4 años juntos y ya tienen dos discos en el mercado. "Tenemos un punto de encuentro que son nuestras canciones. Cuando surge algún conflicto siempre gana ella", comentó con gran sentido del humor el cantante. "Nos gusta desconectar cuando no hay conciertos, y cada uno a lo suyo. Es una cuestión de quererse bien, tomamos nuestras decisiones de trabajo y hay que dejar que corra el aire. Nos enviamos WhatsApp cuando nos llegan temas de trabajo".
A Jaime, gran amigo de su Majestad El Rey, el ultimo reportaje fotográfico de La Familia Real, le ha gustado mucho. "Salen guapísimos porque los cuatro lo son. Con Don Felipe no nos enviamos WhatsApp".
En la actualidad están de gira con su segundo trabajo. "Nosotros no queremos politizar, si nos contratan actuamos y no miramos quien está gobernando en ese momento". Carolina acaba de llegar de un viaje familiar en Australia. "Lo hemos pasado muy bien y hemos notado algunos días algo de humo denso por los incendios. Carlos Molla, mi marido, disfruta mucho de la casa y de los niños, aparte de su trabajo," declaró.
Jaime dijo que los principales fans que tienen eran, por una parte Carlos y por la otra, su mujer, Pilar, con la que lleva 28 años. "Ella tenía 16 y yo 19, y ahora tengo 47, y dos hijos estupendos". Un desfile insuperable donde se reunieron amigos, después una cena para celebrar el éxito.