Después de seis semanas de descanso de la vida pública, marcadas por la presión mediática y la mala relación con la Familia Real, el príncipe Harry y Meghan Markle anunciaron que dejarían de ser miembros 'senior' de la Casa Real, provocando el enfado de la veterana monarca y una brecha con el resto de su familia.
La reina Isabel II no tardó en responder al comunicado, asegurando que no estaba conforme y que todavía había que ajustar las medidas, por lo que ha convocado una reunión de emergencia que tendrá lugar este lunes y en la que se reunirá con el príncipe Carlos y sus dos hijos, además de Meghan, que participará de manera telefónica al encontrarse en Canadá cuando toda la polémica ha estallado.
Durante la reunión se tratarán temas como las funciones de los duques de Sussex, su fuente de financiación o la seguridad de la que dispondrán, además de su próximo lugar de residencia, planeando la pareja asentarse en Norteamérica.
El corresponsal de realeza de la cadena BBC Jonny Dymond indicó este viernes que los funcionarios de la Corona se encuentran inmersos en "negociaciones" y "deliberaciones", con el objetivo de establecer "en cuestión de días y no semanas" un nuevo rol para el príncipe Enrique y su esposa, Meghan Markle.
Bryony Gordon, del Telegraph, baraja que la decisión de los duques podría guardar relación con el actual estado de salud mental del matrimonio –en alusión al estrés con el que conviven por el continuo asedio mediático– y por haberse convertido en "un saco de golpes para un país misógino y racista".
Para Graham Smith, el portavoz de Republic –grupo que hace campaña para que el jefe de Estado sea elegido democráticamente–, el anuncio "plantea cuestiones sobre el futuro" de la Corona.
Otros analistas han observado que detrás de los planes de la pareja subyace su manifiesto descontento con "aspectos importantes" de sus compromisos oficiales. Ahí caben, según señala Jonny Dymon, de la BBC, desde el "odio" de Enrique hacia las cámaras a su "visible aburrimiento con los aspectos ceremoniales" que conlleva su cargo.
Mientras, la brecha entre Enrique y el resto de su familia ya es innegable y los amigos del príncipe Guillermo habrían filtrado su opinión al respecto. "He abrazado a mi hermano toda la vida y ya no puedo hacerlo más. Somos dos entidades separadas", publica The Times según su fuente más cercana.