El nuevo año empieza turbulento en la Familia Real británica: los duques de Sussex, que ya generaron polémica con su decisión de pasar lejos de Reino Unido las vacaciones de Navidad, han emitido un comunicado en el que anuncian su intención de dar un "paso atrás" en sus labores de representación de la Casa Real británica.
En la nota, el príncipe Harry y Meghan Markle anuncian, que "tras muchos meses de reflexión y discusión interna", van a dedicar este año a hacer una "transición" hacia un "nuevo rol" en la institución, que incluye un "paso atrás" en las tareas de representación. Su intención es llegar a ser financieramente independientes aunque apuntan que seguirán apoyando "por completo a su majestad, la reina".
Su deseo, apuntan, es repartir su tiempo entre el Reino Unido y Estados Unidos, el país natal de Meghan, donde seguirán "honrando a la reina y a la Commonwealth". Así, quieren que su hijo crezca conociendo la "tradición Real" en la que ha nacido al tiempo que emprenden sus nuevas funciones, que incluyen la creación de una nueva institución caritativa.
Los duques de Sussex indican que seguirán "colaborando" con la reina, el príncipe de Gales y el duque de Cambridge y agradecen el apoyo prestado hasta ahora.
La decisión de los duques llega tras un año complicado para la pareja, que se quejó de la presión mediática a la que había sido sometida Meghan Markle desde su boda con el príncipe Harry. También trascendió el malestar de la reina con el hecho de que la pareja no pasara las Navidades con el resto de la Familia Real, algo que dejó traslucir con un gesto: en su discurso navideño no había una foto de su nieto menor junto con el resto de imágenes de su familia.