Lidia Bedman, esposa de Santiago Abascal, se había mantenido en silencio hasta ahora a pesar del acoso que lleva sufriendo en redes sociales desde hace meses. Este sábado, ha ofrecido su primera entrevista a La Otra Crónica de El Mundo cuando apenas han pasado seis días desde que su marido se convirtiese en gran triunfador de las elecciones al conseguir 52 escaños en el congreso de los diputados.
El lunes, ella misma denunció en Instagram el acoso que está sufriendo en las redes sociales por ser ‘la mujer de...’, un tema que ha vuelto a tratar en durante la entrevista: "Estoy muy contenta con el éxito de Santi, pero a la vez entristecida por ver cómo mucha gente habla de libertad pero sólo contempla la suya. Las cosas que me han deseado a mí y a mis hijos yo no se las desearía ni a mi peor enemigo. El odio sólo daña al que odia". Y es que, según ella misma ha confesado, son cientos los mensajes y amenazas que recibe diariamente: "No sabía que había gente tan malvada. Yo siempre me he mantenido al margen y sabía que si algún día hacía un mínimo gesto me llegaría un ataque muy virulento".
Bedman califica estos ataques como "violencia feminista" ya que gran parte de los mensajes que reciben son de mujeres: "Me ha impresionado ver a mujeres señalando a todas mis amigas por dar likes a mis publicaciones". Ser mujer de Abascal también le habría perjudicado en su carrera como "prescriptora de tendencias": "Trabajaba con muchas empresas y muy variadas (…) Tras las elecciones andaluzas hace ya 11 meses me eliminaron los contratos y pidieron borrar publicaciones porque no querían tener que ver con la política. Yo no hago política (...) Discrepo con Santi, como cualquier matrimonio. Un matrimonio no es una secta. Donde hay dos personas hay diferentes perspectivas y matices".
Además de presumir de su trayectoria laboral (cuenta que empezó trabajando en una fotocopistería a los 16 años y que actualmente es autónoma para conciliar y cuidar a sus hijos), Lidia habla sobre las "primeras damas de la historia" a las que admira: "Yo admiro a muchas mujeres independientemente de su posición social o profesión. Desde la Reina hasta la chica puertorriqueña que me hace las uñas y que se gana así la vida, o a la mujer que trabaja en su casa".