Mónica Naranjo celebra 25 años de carrera musical echando la vista atrás y renaciendo con Renaissance (Sony Music), un ambicioso lanzamiento antológico en el que repasa todo lo conseguido hasta ahora antes de proseguir el camino. "Son 25 años de mi vida, en los que han pasado muchas cosas, pero todo tan rápido...", lanza a Europa Press, para luego bromear: "Hay material fonográfico y audiovisual extenso y gracias a eso recuerdo muchas cosas. Es el testigo de todo lo que ha pasado".
Así, desvela que ella con el paso de los años ha ganado "registros bajos" que antes directamente no tenía "y ahora sí". "Es como 'qué maravilla', porque eso te ayuda a profundizar en muchas canciones", explica, antes de insistir por última vez: "Eso es trabajo y trabajo". Coincidiendo con el lanzamiento este viernes 15 de noviembre de Renaissance, en la noche de este día 14 se celebra en el madrileño barrio de Chueca –la artista fue pregonera en las últimas Fiestas del Orgullo– un evento especial llamado 'La Noche de Mónica', organizado por el colectivo LGBTI.
Cambios en España
Al mismo tiempo que iba cambiando Mónica Naranjo, como es lógico, iba cambiando España. Un país bien diferente ahora al de 1994, como la propia artista concede, resaltando además que ella es de las que "siempre piensan en positivo". "Y sí, hemos avanzado mucho", apostilla.
Y argumenta su afirmación fijándose en el público de sus más recientes recitales, también de celebración de aniversario: "En mis últimos conciertos, en las primeras filas había chicas que iban con sus novias y chicos con sus novios. Súper jóvenes, igual de 14 o 16 años. Y sus padres detrás señalándomelos y diciéndome 'te aman'. Esto hace veinte años no se veía".
Recuerda entonces su programa televisivo Mónica y el sexo, en el que se han "adentrado en las aulas de los colegios" y se han "encontrado a una juventud muy liberada, muy abierta a vivir, a amar y a experimentar", algo que se ha conseguido gracias al "gran trabajo y responsabilidad de los padres y de los profesores".
"Esto hace veinte años no lo podíamos vivir", insiste, al tiempo que explica que ella sí tuvo esa suerte porque su familia siempre fue "muy liberada" y por eso a ella se la educó con "unos valores muy libres". "Poder amar de la manera que tú quieras es un derecho legítimo y humano", sentencia.
Sobre Vox
Icono LGBTI y símbolo de esa libertad que defiende a capa y espada, Mónica Naranjo comenta el auge de Vox en España planteando que "al final es una cuestión de comunicación". "Que tú y yo no estemos de acuerdo no quiere decir que no podamos ser amigos. Eso en mi cabeza no existe", lanza.
"Yo tengo muchísimos amigos que votan a Vox y somos intimísimos amigos. Me encantaría sentarme con Abascal y poder hablar de esto, estoy convencida de que saldríamos de allí siendo súper amigos. Tan respetable es su punto de vista hacia la vida como el mío. La curiosidad es querer saber por qué llegas hasta aquí, qué has vivido en la vida. Los enfrentamientos no son buenos, nos alejan a los seres humanos y hoy más que nunca tenemos que estar cerca y querernos mucho".
Contrapone entonces al tipo de política que "nos aleja a unos de otros al poder de la propia música", que consigue todo lo contrario, es decir, "emprender una comunicación" y crear un "lazo invisible e irrompible entre todos nosotros". "La gente cuando sale de un buen concierto se quiere mucho más. Es precioso ver las salidas", remata.
Optimista, trabajadora y con "actitud" ante la vida, ya planea Mónica todo lo que vendrá a partir de ahora. Por un lado, conciertos de su formato Renaissance en América y quizás otra vez en España: "No quería hacer más conciertos aquí, pero a lo mejor hago algún festival porque lo han pedido mucho".