Xavi Hernández le ha cogido cariño a Doha y mucha tirria a España. Esta semana le han llovido las críticas por unas polémicas declaraciones sobre su visión de la vida en Qatar. "No vivo en un país democrático, pero creo que el sistema de aquí funciona mejor que el de allí. Lamentablemente veo que España no funciona de la mejor manera". Una curiosa comparación que solo se entiende si imaginamos que Xavi no conoce la auténtica realidad del país en el que vive desde 2015.
El exjugador de FC Barcelona dejó España y este verano aceptó la oportunidad de convertirse en entrenador del Al Sadd con un suculento sueldo de 10 millones de euros al año. Una cifra que le ayuda a sentirse cómodo y con la que puede mantener la mansión con piscina privada y vistas al mar en la que vive con su mujer Núria Cunillera y sus dos hijos: la mayor Asia y el pequeño Dan, ambos nacidos en Doha. En la puerta de su vivienda en Green Village, un lujoso complejo de la capital qatarí, cuelga a modo de recibimiento una senyera para sentirse más en casa y que no pesen tanto los kilómetros que les separan de su hogar.
"Aquí hay muchas ventajas. La tranquilidad, la seguridad... No tenemos llave de casa, dejas el coche en marcha... Nuria incluso me dice que si podemos seguir aquí será incluso mejor para nuestros hijos. Los dos han nacido aquí. En Qatar la gente es feliz", aseguró esta semana Xavi. Aunque en su cuenta de Instagram el blaugrana publica imágenes que tienen que ver más con su profesión, la de su esposa es un reflejo de su desahogado estilo de vida en un país donde la sharia (ley islámica) todavía rige muchos aspectos de la sociedad y la vida de la mujer. Esto tampoco supone un problema para el matrimonio, porque cuando Xavi no tiene trabajo con el equipo, dedican su tiempo libre a relajarse en algunos de los locales más exclusivos de la capital. Es habitual que se dejen ver en Nobu, restaurante de la cadena propiedad de Robert de Niro, o los hoteles Banana Island Resort by Anantara y el Four Seasons Doha, que cuenta con una playa privada donde las mujeres como Núria pueden lucir bikini sin represalias.
Lo cierto es que el Gobierno no incluye en sus leyes ninguna restricción sobre la vestimenta, pero las tradiciones instan a muchas mujeres qataríes a cubrir su cuerpo. De hecho, las autoridades emitieron un comunicado en el que pedía a los turistas –que no son pocos–decoro a la hora de vestir. En los espacios públicos las mujeres no pueden dejar al aire piernas ni hombros y deben cubrirse la cabeza para entrar en las mezquitas.
Ni siquiera las muestras de amor que se dedica el matrimonio en público están bien vistas, por no hablar de la persecución a la homosexualidad. En unas declaraciones de Naser al Jater a El Mundo, vicesecretario del Comité Supremo de Entrega y Legado, reconoce que todavía existe conservadurismo de la sociedad qatarí a pesar de la presencia pública de Sheija Moza bint Naser, madre del actual emir Tamim bin Hamad al Zani, y su defensa de la educación y los derechos de las mujeres. "Nuestro compromiso es que todo el mundo será bienvenido al Mundial, independientemente de la raza, la nacionalidad o la orientación sexual. Pero hay que tener en cuenta que el Mundial está también relacionado con el entendimiento entre culturas. En Qatar no se tolera ninguna forma de expresión pública de afecto. No tiene nada que ver con la orientación sexual de cada uno sino con el respeto del espacio público", explicó al ser preguntado por el próximo Mundial de Fútbol que se celebrará en Qatar en 2022.
Con el Mundial de Atletismo 2019 a la vuelta de la esquina y con la polémica todavía planeando sobre su organización, cabe recordar que Amnistía Internacional emitió un informe en 2017 que avisaba de las condiciones de vida en el país. "La legislación sobre la condición jurídica de las personas discrimina a las mujeres en relación con el matrimonio, el divorcio, la herencia, la custodia de los hijos e hijas, la nacionalidad y la libertad de circulación".
Para el Comité de los Derechos del Niño de la ONU, también existe un problema con la infancia que no sufren los hijos en común que tiene el matrimonio. Según estas entidades, es preocupante "la discriminación de género en la infancia, la violencia contra los niños y niñas en la escuela y la familia, y las leyes que limitan el derecho a la nacionalidad de los niños y niñas nacidos en Qatar".