El paso del tiempo nos afecta, como es natural. Las mujeres lo perciben en su físico. Y si pertenecen al mundo del espectáculo no dejan de lamentarlo, entre otras cosas porque al traspasar determinada edad -pongamos los cincuenta- los contratos les pasan factura. Hay excepciones que, al menos públicamente, dan la impresión de que afrontan lo inevitable con dosis de realismo. Es el caso de una de las más atractivas actrices cinematográficas del último medio siglo, quien en la década de los 70 era considerada como insustituible en muchos repartos: Jacqueline Bisset.
Nació en el condado de Surrey, Gran Bretaña, el 13 de septiembre de 1944. Cumple, por lo tanto, setenta y cinco años: "Estoy orgullosa de mis arrugas y no me preocupa llegar a esta edad". Lo ha declarado como si tal cosa, aunque sospechamos que a ello le ayuda ser modelo de la marca de cosméticos Avon; elegida precisamente para que, a sus años, publicite una serie de productos, cremas y toda suerte de artículos de belleza que ayudan a que la piel alivie, preserve la temida e inevitable aparición de signos propios de la vejez.
No obstante lo dicho, Jacqueline Bisset está espléndida, al margen de los mejunjes que utilice y podríamos decir que no parece tener la fecha que el calendario marca cuando vino al mundo. Hace algún tiempo que, como otras colegas, se dedica más a la televisión, porque del cine recibe menos propuestas. Pero su pasado está ahí, para quien quiera recordarlo, como ahora nosotros.
Hija de una abogada francesa y padre inglés, que se divorciaron cuando Jacqueline tenía corta edad. Ella quedó al cuidado de su madre, imposibilitada por padecer una esclerosis múltiple. Se dedicó a modelo fotográfica y de ahí su paso al cine, con un pequeño papel en Dos en la carretera, aquella formidable comedia que protagonizaron los ya desaparecidos Albert Finney y Audrey Hepburn. Los ojos verdes, que otros creen son azules como hemos constatado, y un cuerpo armónico fueron base de su magnífica fotogenia, captada por los productores de Casino Royal, de la saga de James Bond, que la contrataron en un largo elenco. Más personal fue su éxito en "El detective", filme que la convirtió en pareja de quien encarnó ese personaje, un estupendo Frank Sinatra, que no tenía necesidad de cantar para impresionarnos en aquella cinta de intriga. Que en principio él, por cierto, se había empeñado que protagonizara en el rol femenino quien era entonces su tercera esposa, Mía Farrow. Mas esta prefirió, o tuvo que hacerlo por haberse comprometido a ello, irse a rodar otra película, dirigida por Roman Polanski. Tal cabreo le causó a Frankie aquella decisión que rompió su matrimonio con Mia, a la que sustituyó Jacqueline Bisset en "El detective".
El siguiente paso en el cine de Jacqueline fue junto a Steve M cQueen en "Bullit", que le proporcionó más popularidad todavía. Y en adelante fue la estrella de "La noche americana", a las órdenes de François Truffaut. Y seguidamente compartió protagonismo con su amiga Candice Bergen en "Ricas y famosas". George Cukor se encargó de llevar la batuta de dirección. Ambas actrices se habían confabulado para romper con la tradición de que la mayoría de las producciones de Hollywood estuvieran encabezadas por galanes. Digamos que con ese filme se inició o potenció cierto movimiento feminista en torno al argumento de dos escritoras rivales. A Jacqueline le correspondió ejercer de bohemia e intelectual autora. Especialistas en la crítica cinematográfica tienen "Ricas y famosas" como una película de las llamadas "de culto".
La filmografía de Jacqueline Bisset tiene otros títulos relevantes, como "Bajo el volcán", en una lista que se acerca al centenar. Aparte de apariciones en televisión sobre todo en su última etapa. Curiosamente fue Jacqueline Kennedy tanto en la gran pantalla como en una serie de la pequeña. Dándose cierto parecido físico entre quien fuera la primera dama norteamericana y la bella actriz, quien desarrolló su actividad cinematográfica tanto en Europa como en los Estados Unidos.
La vida sentimental de Jacqueline Bisset no ha sido escandalosa. Que nos conste, sus relaciones más conocidas fueron las que mantuvo con el actor Michael Sarrazín, con el bailarín ruso Alexander Godunov (le unía a él su amor por la danza, ya que de niña recibió clases de ballet) y Víctor Drai. Continúa soltera y no tiene hijos. Es madrina de Angelina Jolie, por expreso deseo de la madre de ésta, aunque apenas se han visto a lo largo del tiempo.
De Jacqueline Bisset se enamoraron muchos hombres. A mí me fascinó y al menos la tuve cerca de mí en un lejano Festival de San Sebastián. Me pareció más baja de lo que suponía. Pero con un poder seductor. Cruzamos brevemente una mirada, sonrió y se marchó. Fuese y no hubo nada, que escribió alguien que no preciso ahora mismo. Me quedé con ese recuerdo. Menos da una piedra.