La muerte que se cebó con Liam Neeson hace diez años
La desaparición de su esposa cambió la vida del exitoso actor irlandés Liam Neeson.
En Hollywood se le considera uno de los actores con la cara más bondadosa que se ha visto en las pantallas en las últimas décadas. Es Liam Neeson, un actor irlandés radicado en Nueva York desde 1986, que alcanzó la popularidad a partir de La lista de Schindler. Ya saben: aquel empresario alemán que salvó a cuantos judíos le fue posible, durante la II Guerra Mundial, trabajadores en sus fábricas pero prisioneros en un campo de concentración nazi. Oscar Schindler existió realmente y en Israel nunca lo han olvidado. Tampoco los cinéfilos a quien lo interpretó magníficamente en la película, que el pasado 7 de junio cumplió sesenta y siete años. Tipo corpulento, que mide un metro y noventa y tres centímetros, pesando un centenar de kilos.
Nacido en Irlanda como William John Neeson, nombre que para el cine redujo al apelativo Liam, manteniendo su apellido real. Como muchos de sus colegas, de muchacho nunca había pensado en ser actor. Hijo de una modesta familia de trabajadores, más que estudiar pensó en ayudar a los suyos en la medida que le era posible, aprovechando su contextura atlética: fue púgil aficionado, también futbolista, operario de una carretilla elevadora en la fábrica de cervezas Guinness, camionero... Por seguir a una chica que le gustaba, entró en un grupo de teatro estudiantil. Allí dio comienzo, sin él pretenderlo, su interés por la interpretación. Lo que determinó, tras interrumpir sus estudios primero de Física y luego de Magisterio, su estancia en Belfast. El primer ministro Ian Paisley, que lo conoció, estaba encantado al escuchar sus lecturas de la Biblia. Finalmente, marchó a Londres. Allí estuvo unos años que empleó en obtener pequeños papeles en el cine, el teatro y la televisión, hasta que surgió su gran oportunidad con la película Excalibur.
No sólo le sirvió para ser conocido en toda Gran Bretaña: en el rodaje se enamoró como un colegial de una brillante actriz llamada Helen Mirren, la que posteriormente protagonizó The Queen, donde amén de una caracterización sorprendente por su parecido con la reina Isabel II, ofreció todo un recital interpretativo, sobrio, perfecto, encarnando a la Soberana, quien por cierto, el día del estreno la felicitó cordialmente, sonriendo al saludarla, como si estuviera frente a un espejo. La convivencia con Helen Mirren y Liam Neeson duró cuatro años. Tras la ruptura, al galán irlandés le surgió la oportunidad de marcharse a los Estados Unidos.
No todos los actores británicos que han marchado al país con el que tienen más relaciones culturales y de otros ámbitos han llegado a triunfar, como Cary Grant, o bien no quisieron seguir allí, caso del laureado sir Laurence Olivier. A Liam Neeson le ha ido bien desde entonces; prueba de ello es que se instaló en Nueva York, aunque frecuentamente tenga que desplazarse a otros estados, sobre todo a California, pues en Hollywood, Los Ángeles, lo reclaman a menudo. Volvería a Irlanda para dar vida en la pantalla a uno de sus héroes, Michael Collins, personaje que dio título a la cinta fechada en 1996, con otra de las más celebradas interpretaciones de su compatriota. Si hemos de recordarles otros trabajos de Liam Neeson serían los de Motín a Bordo, La Misión, el Episodio I de Star Wars... En los primeros años 90 intervino en la serie de televisión La isla de Ellis y en la película Nell, donde coincidió con una bella actriz llamada Natasha Richardson, hija del director Tony Richardson y la excelsa Vanessa Redgrave. En 1994 contrajeron matrimonio. Sólo cinco años les duró la felicidad, con los dos hijos que tuvieron, Michael y Daniel.
De vacaciones en una estación de esquí cercana a Montreal, Canadá, Natasha sufrió una caída mortal. Era el 18 de marzo de 2009. Desde entonces, hace por lo tanto algo más de diez años, la vida para Liam Neeson cambió radicalmente. Nunca ha podido reponerse de tan sensible pérdida. No ha dejado de trabajar, desde luego. Ello, amén de servirle de estímulo en su profesión, donde está muy cotizado entre los mejores, más dúctiles y eficaces actores desde hace más de dos decenios, le sirve para superar la muerte de su gran amor. Ha rodado a las órdenes de Martin Scorsese (Silencio). Estrenó también últimamente "Cold pursuit", que en España lleva el título de Venganza bajo cero. Con la circunstancia de que estaba ambientada en la nieve.
Sin duda, Liam Neeson tuvo que recordar la tragedia que le viene martirizando su mente: la de su esposa inerte y sin vida caída con sus esquíes en aquella estación blanca canadiense. Vino hace un par de meses a presentar la película en Madrid, mostrándose muy cordial con los informadores. Es, además de un héroe en la pantalla un gran tipo en la calle.
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