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Cayetano habla por primera vez de la opinión de su madre sobre Letizia

En su biografía, el duque de Arjona menciona el día en que conoció de forma oficial a la entonces prometida del príncipe de Asturias.

La Reina y la duquesa de Alba, en los Premios Garbanzo de Plata de 2010 | Gtres

Este jueves 5 de septiembre ve por fin la luz De Cayetana a Cayetano, la biografía de Cayetano Martínez de Irujo que lleva dando titulares incluso antes de su publicación. Después de conocer su romance secreto con la infanta Elena, su adicción a las drogas y el sexo o aquella boda secreta en Kenia con su exnovia Mar Flores, el duque de Arjona le dedica unos párrafos al día en que su madre, la duquesa de Alba, conoció a la entonces periodista Letizia Ortiz, ahora reina de España.

Al contrario de lo que se dijo, doña Cayetana no conoció a la novia del príncipe de Asturias después de la boda, sino antes de que ésta se celebrara. Cayetano habla en su biografía de un encuentro de la Familia Real con la casa de Alba, dos familias que siempre han tenido un trato muy cercano. La cena se celebró en el palacio de Liria en diciembre de 2003.

"Los círculos monárquicos más acérrimos y la nobleza tradicional no acababan de entender la elección de esposa del heredero. Ante ese desconcierto, desde la Casa Real se solicitó el apoyo de mi madre, la aristócrata de mayor influencia y siempre fiel al Rey y a la Corona. La reina Sofía la llamó para pedirle que organizase una cena familiar y presentarle a la futura princesa de Asturias", cuenta Cayetano en sus memorias.

"Me fueron saludando sin protocolo alguno, de manera muy coloquial, con dos besos", explica. Los últimos en llegar fueron Felipe y Letizia, y en el momento de saludarse, ella le ofreció su mano, y "por supuesto la besé con un gesto comedido, como de reverencia. Algo que no estoy acostumbrado a hacer", cuenta explicando el supuesto gesto altivo de doña Letizia.

El duque no aclara la opinión que tenía su madre sobre la novia del Príncipe, aunque sí lo menciona. "La opinión de mi madre sobre la futura princesa de Asturias se fue con ella a la tumba. Y Cayetana de Alba, una vez más, cumplió fielmente el encargo real y apoyó a muerte el noviazgo del heredero. Con la monarquía no dudaba jamás".

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