Arantxa Sánchez Vicario está disfrutando de la calma después de la tormenta que ha supuesto su divorcio de Josep Santacana. La tenista ha abierto las puertas de su casa y de su corazón al periodista Lluís Canut en la segunda entrega de Quan s'apaguen els llums de TV3.
El divorcio, de todas formas, está lejos de terminar. Santacana de hecho sigue siendo el marido de Arantxa, ya que el divorcio no se ha consumado. Lo siguiente que tienen que resolver en los tribunales es la custodia de sus hijos, extremo que está siendo resuelto en el juzgado de Esplugues de Llobregat donde el empresario presentó la demanda de divorcio.
Hay que recordar que la tenista perdió la primera batalla judicial, ya que pretendía que el asunto se resolviera en los juzgados de Miami para que Santacana no eludiera sus responsabilidades con el Banco de Luxemburgo. El juez, sin embargo, no le dio la razón a Arantxa, que no obstante recurrió la sentencia.
Lo que se dirime ahora es la custodia de Arantxa, de 10 años, y Leo, de 7, así como la aportación económica de Santacana para el mantenimiento de los niños. De momento padre y madre se han repartido las vacaciones de los pequeños sin problema, pero lo difícil será el lado económico. Ella dice que Santacana no ha pagado nada para la manutención desde hace tres meses, mientras él acusa a su mujer de impedir que los niños viajen con él a España (algo desmentido tajantemente por los abogados de Arantxa).
En todo caso, y tal y como dijo la periodista Paloma Barrientos en Es la mañana de Federico de esRadio, la situación se ha relajado respecto a como estaba hace unos meses y ha sido la propia tenista quien ha decidido bajar la intensidad de su lucha judicial. Pese a la decisión judicial que está ahora pendiente, "ella está en Cincinatti donde hay un Open de tenis y la contratan para estas retransmisiones. Me da la sensacion de que hay recapacitado respecto a las denuncias a su marido, que no iban por buen camino".
En lo que respecta al programa de TV3, Arantxa buceó en otros temas igualmente íntimos, como fue su victoria contra Steffi Graf en la final de su primer Roland Garros: "Recuerdo que en ese partido me temblaba todo, especialmente en los últimos puntos. Cuando en el último, ella envió su revés en la red, rompí a llorar. Mi sueño se había hecho realidad".
Pero además, Arantxa ha querido explicar cómo ha sido el proceso de reconciliación con sus hermanos. Separados durante años por la mala relación que tenían con su marido, su separación de Santacana abrió las puertas a la reconciliación: "Yo di el primer paso para reconciliarme con mis hermanos. Les pedí perdón y lo aceptaron. Los necesitaba, especialmente a Emilio, que siempre ha estado a mi lado".
Una etapa muy dura en lo que lo más complicado para la tenista ha sido manejar el éxito repentino que obtuvo siendo muy joven: "Es muy difícil manejar el éxito, especialmente a los que nos llega tan jóvenes como fue en mi caso. No estás preparado para estas cosas. Cuando se nota más es cuando dejas de jugar".