Toñi Moreno se está enfrentando a una época de gran cambios en su vida: hace unos meses confirmaba que se convertirá en madre en solitario a principios del año 2020, además, hace unas semanas decidió abandonar su residencia en el centro de Madrid para mudarse a una vivienda más adecuada y tranquila en un antiguo ático de David Bustamante.
Esta semana, la presentadora de Mujeres y hombres y viceversa, quiso recordar sus orígenes en una reunión junto a sus antiguas compañeras de la EGB. Tras el encuentro, Toñi compartió una bonita imagen junto a ellas acompañada de un texto en el que confesaba algunos de los episodios más desconocidos de su pasado: "No me acordaba que yo también fumaba a escondidas hasta que me pilló la Hermana Isabel, ni que era una llorona que día sí , día también, salía llorando de clase. Y que era muy mala al juego del "matar" con la pelota... de hecho, me recordaba buenísima", escribió nostálgica. "Fue toda una cura de humildad encontrarme con mis compañeras de la EGB. Nos reímos mucho, y llegamos a la conclusión de que estamos estupendas", concluyó.
Además, esta semana no ha querido renunciar a una de las cosas que más le gusta hacer en la vida: visitar Sanlúcar de Barrameda. Allí ha cumplido una de las tradiciones que, según ella misma ha explicado, mantiene cada año: reunirse con su amiga Mariló Montero para ver el atardecer en la playa. "Una de las tradiciones que mantengo cada año: ver un atardecer con mi amiga @marilo_montero en #sanlucardebarrameda. #sinfiltros como nuestra amistad. Te quiero", escribió en Instagram junto a una imagen de ambas.
Por su parte, Mariló hizo lo propio en su cuenta con el texto: "Sin filtros, como nuestra amistad". Una relación que se remonta a la época en la que coincidieron en Sevilla cuando la navarra estaba casa con el periodista Carlos Herrera, padre de sus dos hijos, Alberto y Rocío Crusset.