Ha cumplido Nicole Kidman cincuenta y dos espléndidos años el pasado 20 de junio, edad que exhibe sin que su belleza se haya resentido lo más mínimo. Se cuida, es de imaginar que está en manos, por su profesión de actriz, de expertos en cosmética facial; lleva un estricto régimen, por lo que su esbelta figura, su estatura de un metro y ochenta centímetros, tampoco han sufrido cambios visibles. Cuando acudía del brazo de su primer marido, Tom Cruise, llamaban la atención por cuanto medían ambos: él más empequeñecido a su lado. Lo peor es que el galán le hizo sufrir mucho por su obsesivo culto a la Cienciología, diríamos que casi fanatismo. Siendo Nicole Kidman católica hubo momentos en los que su matrimonio comenzó a naufragar, en concreto cuando a causa de sus dos hijos adoptados, Bella y Connor, Tom Cruise alentó que se interesaran por esa secta o religión, llámese como quieran sus fieles. L
a Cienciología no ve con buenos ojos que en un hogar sus miembros, y menos los menores, practiquen diversas creencias religiosas. Fe que destruye infinidad de familias que siguen tal doctrina. Cuando Nicole y Tom contrajeron matrinonio en 1990, en una ceremonia íntima celebrada en un lugar difícil de encontrar por los periodistas que les seguían la pista, en las Montañas Rocosas, no se habían planteado diferencias respecto a sus convicciones ideológicas ni acerca de sus devociones. Tom Cruise era por entonces un galán famoso en Hollywood, las jovencitas se lo rifaban y él se dejaba querer, entre otras (muchos años después) por nuestra Penélope Cruz, con quien vivió un apasionado y prolongado romance, al punto de que parecía iban a sellarlo con un matrimonio. Estuvo en Madrid, "Pé" lo presentó a sus familiares y amigos, pero con sus obsesiones con la Cienciología un día se dijeron adiós. La futura mujer de Javier Bardem se dijo entonces que "no estaba dispuesta a ser tratada como un segundo plato".
Pero volviendo al romance con Nicole Kidman, Tom le pidió que se casaran. Ella había tenido ya otras experiencias sentimentales, la más conocida con un actor casi compatriota, el australiano Marcus Graham: terminaron su idilio en 1989, un año antes de que ella se fuera con Cruise. Decíamos lo de casi porque en la mayoría de las biografías de Nicole Kidman figura como australiana, pero en realidad nació en Honolulu, que pertenece a Estados Unidos. Lo que ocurrió fue que sus padres se la llevaron a Australia, país del que era oriundo su progenitor, cuando la pequeña sólo contaba cuatro años. Nicole Kidman, establecida en los Estados Unidos, logró una carrera espectacular en el cine, desde Moulin Rouge a Eyes Wide Shut (Ojos bien cerrados), como también en Los otros, dirigida por Alejandro Amenábar y sobre todo Las horas, donde dio un recital interpretativo personificando a Virginia Woolf, que le valió un "Óscar".
Nicole quería ser madre durante su matrimonio con Tom Cruise. Pero todos los intentos de la pareja fueron en vano. Hasta pasó por el trance de un aborto. La estrella recurrió, como es comprensible, a ginecólogos quienes, en principio, le advirtieron de las dificultades que atravesaría si se quedaba embarazada. Y Nicole, de común acuerdo con Tom, adoptó dos niños, Isabella y Anthony Connor. Cuando ya fueron haciéndose mayorcitos, ocurrió lo que relatábamos al principio: Tom Cruise estaba absorbido por sus estudios acerca de la Cienciología, se convirtió en su más tenaz impulsor allá donde viajaba; incluso en Madrid inauguró un local en la calle del Prado, muy cerca del Ateneo. A sus dos hijos adoptados los inscribió en esa iglesia o secta, insistimos; les "lavó el cerebro" para que fueran fieles seguidores de tal institución, creada no hace muchos años por un visionario. Tal actitud de Tom Cruise con sus hijos determinaron que Nicole Kidman fuera alejándose de ellos, quienes siguieron con el padre cuando el matrimonio se divorció en 2001. Nicole Kidman encontró años más tarde, en una fiesta en Los Ángeles que reunía a la comunidad australiana, a un hombre que ella calificaba de maravilloso, que le hizo olvidar los malos años pasados con Tom Cruise. Era el cantante "country"de origen neozelandés Keith Urban. Se casaron en 2006 y se fueron a vivir a Nashville, donde él desarrollaba su carrera musical. Y, lo que son las cosas o el triunfo del amor: Nicole pudo al fin lograr la maternidad, alumbrando a Sunday Rose.
Más tarde tuvo otra niña, Faith Margaret, recurriendo a la gestación subrogada. Traspasar la barrera del medio siglo supone un reto para cualquier actriz. Una edad en la que la industria del cine, al menos en los Estados Unidos, va retirando a sus estrellas, por muy favoritas que hayan sido para las productoras. No le afectó ello a Nicole Kidman, como tampoco, por ejemplo, a la septuagenaria Meryl Streep, una de las estrellas a las que aquella siempre admiraba. Precisamente pudo contar con ella para que hiciera de suegra suya en la serie de televisión Big Little Lies, que lleva varias temporadas con grandes audiencias. La productora es Nicole Kidman, que viene ejerciendo esa faceta sin dejar la de actriz. En los últimos tiempos ha logrado interesantes trabajos en Aquaman. Y en Destroyer, por ejemplo, en un doble papel que le obligó a caracterizarse con maquillajes que le ocupaban varias horas al día. De rubia de toda la vida pasó a pelirroja, por cierto el color natural de su pelo. Ha sido asimismo pareja de Hugh Grant en otra serie rodada en Nueva York, The Ungoing y tiene en proyecto una serie dramática para la pequeña pantalla, Nine Perfect Strangers producida por la factoría Walt Disney.
Nicole Kidman no ha perdido "glamour". Vive feliz en Nashville. Confiesa que con su segundo marido ha encontrado la estabilidad que precisaba, el apoyo constante que recibe de Keith para proseguir su carrera y su negocio como productora. Lo que no le distrae en su papel de madre: Sunday ya ha cumplido diez años, dos más que Faith. Incluso parece que ha recuperado el cariño de los dos hijos adoptados, que se habían quedado con Tom Cruise. Ya son mayores y se comunican con su madre adoptiva. Aunque otras fuentes insisten en que si eso ha sucedido es algo superficial, pues Bella, la mayor, que vive en Londres, continúa su campaña pro adeptos a la Cienciología, en tanto Connor, su hermano, se casó y Nicole no fue invitada a la ceremonia. Todos esos rumores trata de evitarlos la gran actriz, harta de que le sigan recordando las pesadillas con Tom Cruise y su fanatismo religioso. Por cierto: el que fuera protagonista de "Top Gun", que cuenta cincuenta y siete años, siempre ha sido objeto de comentarios sobre el secretismo de su vida privada.