Linda Ronstadt, quien fuera considerada como "la gran dama del rock" y, quizás, la mejor voz femenina en ese género entre 1967 y 2012 reside entre su casa en San Francisco y la de Tucson, Arizona (su lugar de nacimiento el 15 de julio de 1946) viviendo de los recuerdos, entre continuos temblores que revelan su padecimiento del conocido como "mal de Parkinson". Se ha dicho de Linda Ronstadt que podía cantar cualquier cosa gracias a su maravillosa garganta, con una tesitura de soprano.
Su biografía musical transitó entre el rock, el pop-rock, country, ranchera, big band... Estaba en una línea parecida a la de Emmylou Harris, y con una potencia similar a la de Dolly Parton. Ganó once premios Grammy y tres American Music. La discografía de Linda abarca: treinta álbumes y quince más recopilatorios. No cabe duda de que los desgastes por su enfermedad, que empezaron en 2005, contribuyeron a que esa lista no haya aumentado como debiera.
Con antepasados de origen hispano, Linda grabó canciones en nuestro idioma, con cierto acento mexicano. Aunque su padre tuviera ascendencia alemana y la madre, holandesa. Tenía en el escenario una atractiva presencia, una fuerza poderosa. Le traicionaba, a veces, su afán por mezclar entre sus canciones ciertas reivindicaciones políticas que le causaron algunos problemas. Pero así era ella, independiente y radical en sus ideales.
La importante revista musical Rolling Stone la inmortalizó como una de las más grandes dedicándole en 1976 una portada y páginas interiores ilustradas con bellas fotografías de una de las mejores fotógrafas, Annie Leibovitz. Años atrás, en 1970, también había gozado de ese tratamiento especial, con otras portadas que le dedicaron People y Newsweek, aunque esta vez no sólo era por su ya reconocida notoriedad como cantante, sino por su vinculación sentimental con el Gobernador de California, Jerry Brown.
Tuvo Linda Ronstadt otras relaciones amorosas, aunque las que más trascendieron fueron la que sostuvo con el actor cómico Jim Carrey, con el que convivió a lo largo de ocho meses, y con el célebre director cinematográfico de La Guerra de las Galaxias y también productor, George Lucas. Ninguno de los hombres que llegaron a su corazón lograron convencerla para casarse. Lo que sí hizo fue adoptar en 1990 a una niña, Mary Clementine, y cuatro años después a un varón, Carlos. Ellos son los que más le han ayudado a superar la depresión causada cando se vio obligada a anunciar su retirada por culpa del Parkinson, lo que hizo en 2012, para decir definitivamente adiós a su arte un año después.
Desde entonces, hemos de conformarnos con sus grabaciones. Dejó escritas unas memorias, Simple Dreams. A Musical Memoir (Sueños simples. Memorias musicales) aparecidas en 2013. Basado en ese libro, los documentalistas Rob Epstein y Jeffrey Friedman realizaron la película The Sound of my Voice que recorre la vida y, sobre todo, la carrera artística de esta inolvidable rockera.