El divorcio de Angelina Jolie y Brad Pitt ha sido uno de los episodios más dolorosos del Hollywood reciente. No solo dio inicio a una guerra por la custodia de sus hijos terrible y provocó ríos de tinta en la prensa de todo el mundo. Finalmente, la sangre no llegó al río, pero las negociaciones entre las dos estrellas fueron a cara de perro.
Tras casi tres años y cuando todo parecía haberse estabilizado, un nuevo episodio puede recuperar esas "diferencias irreconciliables" que llevó a la pareja a sacar sus mutuos trapos sucios.
La publicación Radar Online asegura que el motivo de todo sería el Chateau Miraval, el castillo francés (y la propiedad de 1.000 hectáreas que lo rodea) que la pareja compró y que es el epicentro de una pingüe empresa de vinos. Jolie ha decidido que este lugar, una construcción de 35 habitaciones, capilla y hasta helipuerto, y donde la pareja se casó en verano de 2014, debe estar en su cartera de propiedades, y no en la de su marido.
"Jolie ha estado en Francia recientemente e hizo una visita al castillo que aún comparte con Pitt. Hicieron un pacto de caballeros de que lo compartirían ya que la marca de vino es muy lucrativa, pero cuando la actriz regresó a la propiedad se dio cuenta de cuánto ama ese lugar y cuánto podría enloquecer a Pitt si decidiera quedarse con la misma".
Por tanto, y a tenor de los acontecimientos, los combates intestinos entre Pitt, a punto de estrenar el último filme de Tarantino, y Jolie, nuevo y flamante fichaje cinematográfico de la factoría Marvel, podría reportar nuevos titulares.