La decisión de Belén Esteban de rentabilizar su boda con Miguel Marcos, celebrada el pasado sábado, ha comenzado a tener sus consecuencias. Este jueves en Sálvame, Mila Ximénez admitió que no estará presente en la entrevista que dará la recién casada en Sábado Deluxe. Una decisión que habría tomado a raíz de los últimos malentendidos que habrían surgido entre ellas tras la celebración del enlace: "Te vas enterando de cosas que yo no me atrevía a preguntarle y lo sabían veinticinco personas", declaró Ximénez, antes de confesar que "estaba dolida" porque tenía la impresión de que "Belén Esteban desconfiaba de ella", motivo por el que le ocultaba información.
La relación entre ellas ha empeorado con el paso de los días, especialmente tras promocionarse la entrevista de este sábado con declaraciones de Mila afirmando que "está harta de la boda". "Me importa una mierda la boda de Belén y el topo de Belén. Voy a salir a respirar porque, como no respire, la voy a liar gorda hoy. La última boda que fui no tuve ningún problema porque no se vendió". Duras afirmaciones que habrían llegado a los oídos de Belén que estaría muy enfadada con su amiga.
"Hablé con Belén y me ha dicho que tenemos una conversación pendiente. Todo quedará entre nosotras. Me conozco el espectáculo. Hoy he llamado a Patricia, la directora de Sábado deluxe y le he dicho: 'No me gusta el cebo, porque se malentiende y quedo como una loca'", desveló la colaboradora. Mila explicó que sus palabras habían surgido después de tener un problema personal con alguien cercano por "contar algo de la boda que pensaba que podía contar". "Me sentía atada de pies y manos con el tema de la boda".
"No quiero problemas. Al final todos hablan, todos comentan, pero la que sale salpicada siempre soy yo (…) Pido que no metamos mierda. No hay ningún mal fondo. Yo ayer estaba muy mal, porque no quiero tener problemas con alguien a quien yo quiero mucho. Y los he tenido", confesó Ximénez. "Ya estoy cansada, sinceramente", admitió la colaboradora mientras rompía a llorar. "Estoy harta de que se saquen mis malos tonos, parece que soy el demonio de Tasmania. No es por Belén, es por todo", confesó Mila para justificar su llanto y anunció que a partir de ahora "estará de perfil bajo en el programa. Sinceramente, me voy a quedar más en la retaguardia". "No pasa nada, es que estoy cansada de esta temporada", concluyó.