Comienzan a ver la luz datos de la boda de Pilar Rubio y Sergio Ramos en su vertiente más "extraoficial". Esta vez, de la mano de una empleada del evento, que ha asegurado a Sálvame que les pagaron apenas 10 euros por hora de trabajo, que no les llevaron y comieron bocadillos fríos. De cena, "los restos de los invitados".
Además, la empleada asegura que se tuvieron que cambiar todos juntos, sin que mediara separación alguna entre los trabajadores. "Estábamos todos desnudos, una vergüenza".
La mujer también aseguró haber firmado un contrato de confidencialidad con muy pocas horas de margen, que establecía la prohibición de grabar nada de la boda, bajo multa de hasta 100.000 euros o incluso llevarles a juicio. Esto no se aplicó a personalidades como Beckham o Victoria Beckham, que sí publicaron en redes sociales detalles del evento.
El contrato de confidencialidad también tuvo su dosis de protagonismo en Sálvame. En el documento, las dos partes entienden que la información es "exclusiva propiedad" de la parte contratante y la receptora se compromete a no venderla, intercambiarla, publicarla, reproducirla ni revelarla. Su plazo de vigencia, "indefinido", y la multa de 100.000 euros.