A Iker Jiménez se le conoce por haber logrado comunicar las historias sobrenaturales y oscuras de una manera accesible y verosímil. Pero en su última entrega de Cuarto Milenio, el periodista abundó más bien en su propia historia personal, y en particular, en sus momentos más oscuros y difíciles.
"Hace 20 años yo tuve un momento de esos, de perder lo que yo había logrado con bastante esfuerzo y mi estatus", comenzó contando Iker en antena. Lamentablemente, "hubo un momento en el que, por ciertas circunstancias, no tenía nada de un día para otro".
En un instante, Iker perdió todo lo logrado hasta los 25 o 26 años, quedándose "sin ningún tipo de seguridad, con dos bolsillos resplandecientes". "Llevaba cinco años siendo protagonista de un montón de andanzas con un estatus o rol dentro de este mundo del misterio y que ya prácticamente no existe", dijo al respecto, sin tampoco dar más detalles.
Después del fracaso, siempre hay un nuevo comienzo a gran reflexión de @navedelmisterio https://t.co/u3oSne52rW
— Cuatro (@cuatro) 10 de junio de 2019
"Vivimos en una sociedad en la que, cuando pierdes el estatus, en vez de considerarse que es muy importante el aprendizaje para regresar, se demoniza a las personas", explicó sobre esta experiencia. A él, en concreto, "le dijeron que se fuera" y "de un plumazo, perdí todo".
De quienes atraviesan ese mal trago se dice "ese ha fracasado, ese ha tenido menos ventas, ese ha triunfado menos en la tele o ese ha metido menos goles", lamentó.
Él, sin embargo, supo sobreponerse, si bien lo que vio durante ese periodo de tiempo no le gustó nada. Su siguiente paso profesional, siempre vinculado a lo misterioso, un tema habitualmente denostado, le llevó a Sigüenza, y allí fue cuando comenzó su recuperación personal y profesional.
"A partir de ahí tuve una fe tremenda. No me lamí las heridas en ningún momento y ahí comenzó un caminar que quizás me ha traído hasta aquí", dijo, animando a sus espectadores a creer en lo imposible.