Diana Polakov fue otra de las jóvenes vampiresas que en la década de los 70 representaba un nuevo modelo femenino. Desinhibida, por su forma de vestir y de hablar era lo que en términos coloquiales se conocia como "una progre". La ayudaba a ello una educación familiar menos tradicional que lo que entonces se estilaba en España: hija de padre checoslovaco y madre británica residió en nuestro país a partir de sus tres años de vida. Hermana de la fotógrafa Silvia Polakov, que solía retratar a las más conocidas estrellas del cine español, también Diana se aficionó al arte fotográfico, aunque dedicara más su tiempo a intervenir en pequeños papeles de alguna serie de televisión y largometrajes que no han pasado precisamente a la historia del celuloide. Pero eso no quita para que la recordemos hoy por sus desfiles en paños menores en Party, Primera Plana, Club Privado, Garbo e Interviú (allí aparecía en una portada de 1977 con un velo transparente bajo el que se traslucían unos bonitos pechos) y en aquel cine de destape en los primeros tiempos de la Transición. Tenía estudios de Arte Dramático adquiridos en Londres. Aunque de poco le sirvieron cuando debutó en la gran pantalla en Madres solteras.
Su carrera en el cine fue efímera, entre 1974 y 1979: apenas con menos de diez apariciones en Los camioneros, de Televisión Española y en películas donde se limitaba a prestar su hermoso cuerpo: Supersonic man, El pobrecito Draculín, Último deseo… Aunque pudiera presumir al menos de haber intervenido en una de aquellas raras producciones de Gonzalo Suárez, "Reina Zanahoria". Lo que más hacía Diana Polakov era acudir a fiestas y conciertos, siendo objetivo frecuente de los reporteros del corazón. Tuvo un amor fugaz con el cantante sevillano Rafa León: un tipo estupendo, que conocimos: colgó los hábitos de fraile para dedicarse a la música pop flamenca, formando parte del grupo Los Payos, con el que vivió un gran éxito, la rumba "María Isabel". Rafa era un seductor nato y aquella historia con Diana Polakov duró poco y ella quedó muy desilusionada. En la portada de la revista "Garbo", declaraba: "Mi gran amor por Rafa ha destruído mi carrera". Exageraba, sin duda. Rafa León se dedicó a cantar luego en solitario falleciendo prematuramente en 2001 a los cincuenta y cuatro años.
Otros novios aparecieron en la vida de Diana Polakov. Sorprendente fue su inesperada boda civil con el gran actor Emilio Gutiérrez Caba en Londres. A los treinta días, se separaron. Nunca más volvieron a verse. Tampoco explicaron las razones de su separación exprés. A sus setenta y seis años, el estupendo actor y admirable persona, no ha vuelto que sepamos a reincidir en el matrimonio. Tiene unas memorias preparadas. Si se publican, quizás cuente qué le pasó con Diana. O tal vez pase de largo por ese episodio de su vida, al que nunca se ha referido en ninguna de las entrevistas que ha concedido a lo largo de su triunfal, meritoria carrera escénica, más que cinematográfica.
Y Diana Polakov volvió a enamorarse. De un joven cantante madrileño que seguía los pasos de los punkis anglosajones. Nos referimos a José Ramón Julio Márquez Martínez, que así, con esos datos, no adivinarán quizás de quien se trata: el siempre controvertido Ramoncín, ahora de nuevo en las carreteras, con una nueva gira. Cuando todavía no era tan popular encontró en la muy desinhibida Diana una compañera ideal. Diez años duró su convivencia, durante la que tuvieron una hija, Andrea. Ramoncín ha demostrado ser buen padre, a pesar de que su primer matrimonio naufragara, del que tuvo una niña también, Ainhoa, antes de relacionarse con Diana Polakov. Él mismo sufrió el alejamiento de su madre, una cantante de coplas de los años 50, Antonia Márquez Márquez, quien dio a luz en un táxi en las inmediaciones de la Puerta de Alcalá y dejó al niño, con dos meses, en casa de unos tíos. La relación de Ramoncín con su madre nunca se recompuso ya de adulto; al contrario, tuvieron ciertas diferencias cuando ella muy orgullosa del hijo al que abandonó lo elogiaba públicamente mostrando alguna fotografía de él y hasta regalando alguna ropa usada para las "fans" del "rey del pollo frito" que ignoramos de qué manera había acabado en sus manos.
Ramoncín tuvo otras relaciones femeninas, la más apasionada con la presentadora Yvonne Reyes. En cuanto a Diana Polakov, tras su amistosa ruptura con el cantante, se marchó por una temporada a Formentera, luego a Miami y finalmente a Londres, donde vive en la actualidad.