Anabel Pantoja ha sabido aprovechar su apellido. La sobrina de Isabel Pantoja comenzó en televisión como una tímida colaboradora y defensora oficial de la familia, pero ahora es toda una empresaria de éxito con un local de belleza, una línea de ropa de baño y otra de joyas. Una de las decisiones más importantes que ha tomado en su vida fue recurrir a una banda gástrica para adelgazar y cambiar su imagen por completo.
Lejos queda aquella Anabel con sobrepeso y con inseguridades, aunque todavía recuerda esa etapa con cierto pavor. "Me da una vergüenza tremenda. No sé cómo me atrevía a salir en la tele así. No sé cómo no puse solución antes, con vida sana y deporte", confiesa Anabel en una entrevista en Lecturas. Aunque reconoce que entonces no tenía complejos y salía a la calle como cualquiera, lo más difícil para ella era comprarse ropa. "Me daba reparo ir a la tienda donde compraba mi madre, el único sitio donde había ropa para mí. Me arrepiento, pero tampoco era infeliz", asegura.
Con su reto Sálvame está intentando ponerse en forma de la mano de una entrenadora personal, y le gusta poder ayudar a mujeres que se sienten como ella. "La gente, la mayoría chicas, me escriben mucho preguntándome de dónde son mis vestidos".
Antes de la televisión y su explosión como influencer, Anabel trabajaba como recepcionista en una empresa de trabajo temporal. Su tía le ofreció estudiar maquillaje con Juan Pedro, su maquillador personal, y pensó en aprender también peluquería para televisión, pero Telecinco se puso en su camino.