Iker Casillas ya está en casa disfrutando de sus hijos después del inmenso susto que se llevó después de sufrir un infarto de miocardio, que gracias a un rápido traslado a un centro hospitalario y hacerle un cateterismo, pudo salvar milagrosamente la vida.
Desde que ocurrió el suceso, quien ha permanecido a su lado en todo momento ha sido su mujer Sara Carbonero, que casualmente se encontraba en la localidad gaditana de Tarifa haciendo una entrevista para el programa de televisión en el que trabaja.
Sara durante todo este tiempo de hospitalización de su marido ha atendido a la prensa y cada día facilitaba a los medios que han seguido de cerca la evolución del portero del Oporto. A la salida del hospital, Iker tuvo unas palabras muy cariñosas, aunque tuvo que hacer verdaderos esfuerzos para evitar las lágrimas. Lo mismo le ocurrió a Sara, que prefirió quedarse en un segundo plano mientras que su marido daba las gracias a todos los que se han preocupado por su estado de salud.
Sin lugar a dudas, la pareja ha superado la prueba más difícil de sus vidas. Durante su comparecencia ante los medios con toda naturalidad manifestó desconocer su futuro profesional. Lo más importante para Iker en estos momentos es su recuperación y disfrutar de su familia.