Colabora

La reaparición de 'el Puma': "Una persona tuvo que morir para que yo siguiera viviendo"

El cantante tuvo que apartarse de los escenarios por una enfermedad pulmonar incurable.

El Puma en una de sus últimas apariciones | Cordon Press

El 11 de mayo está todo previsto para que José Luis Rodríguez el Puma retorne a los escenarios, de los que tuvo que apartarse hace más de año y medio forzado por una enfermedad que no tiene cura: fibromatosis pulmonar. Tras someterse a severos cuidados médicos, la única solución posible que albergaba era que le trasplantaran unos pulmones. Por fortuna, eso sucedió el 17 de diciembre de 2017 en un hospital de Miami, la ciudad en la que el artista venezolano vive desde hace tiempo.

Corría un grave riesgo. Podía fallar el trasplante, tener el enfermo una reacción adversa, lo que se denomina rechazo. Nada de eso sucedió. Luego de los óptimos resultados obtenidos, el paciente fue sometido a una serie de ejercicios de rehabilitación, hasta que en enero pasado comenzó a experimentar una notable mejoría, al punto que sintió deseos de probar su voz para comprobar si, una vez que su vida estaba fuera de peligro, podría iniciar sesiones de vocalización y ensayos con el sueño de continuar su interrumpida carrera musical. Un día señalado para él fue el de su cumpleaños, en ese citado enero último. Reservó mesas en el restaurante de su buen amigo y colega, Emilio Estefan, marido de Gloria, reunió a un reducido grupo de personas de su más íntimo entorno, y después de los postres y el brindis por su inmediato futuro El Puma se atrevió a interpretar un par de canciones, entre los aplausos de los invitados al evento.

José Luis no pudo evitar las lágrimas emocionadas. Recibió los plácemes consiguientes y la creencia de que volvía a estar en forma. Ciertamente, como él mismo advirtió, al ochenta por ciento de sus posibilidades respecto al pasado de su maravillosa, dulce y a la vez potente voz. Por ello ha dispuesto que, a partir del antes citado 11 de mayo, inicie lo que él llama "Agradecido Tour", en respuesta a cuantos se interesaron por su salud. Tiene contratos por diversos lugares de Estados Unidos, la América hispana y Europa. Confía en actuar los próximos meses en Madrid, Barcelona y Santa Cruz de Tenerife (su padre era canario).

Tuve ocasión de sintonizar días atrás un programa de Radio Caracol, de Colombia, donde el Puma realizó las siguientes confesiones: "Una persona tuvo que morir para que yo siguiera viviendo", en alusión al doble trasplante de pulmones al que fue sometido. Continuó así: "He pasado año y medio pensando en volver a cantar. Lo mío ha sido un milagro. Volví a nacer". Con sus ojos brillando de alegría y emoción, reveló: "Después de la operación recuerdo que empecé a hablar de un modo raro, me sonaba a arameo". Como su enfermedad le impedía, entre otras cosas, subirse a un avión porque le era imposible respirar en las alturas, confesaba que no hacía mucho pudo embarcarse con la seguridad de que en adelante ya no tendrá dificultades para trasladarse a ciudades de gran altura, como pudiera ser el caso de Bogotá.

Lo único que José Luis Rodríguez lamenta es que su país de nacimiento, Venezuela, no salga de la tragedia que ha impuesto a sus compatriotas el dictador Nicolás Maduro. Mantiene la esperanza de que algún día, lo más pronto posible, pueda regresar a Caracas, su ciudad natal, adonde falta desde hace bastante tiempo. En sus recuerdos, no puede olvidar que siendo aún muy chico, él y uno de sus hermanos, tuvieron que exiliarse junto a su madre, venezolana vinculada al partido Acción Democrática, durante la férrea dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Cuando el régimen de éste cayó, pudieron abandonar Guayaquil y asentarse en su antiguo hogar. Ya había muerto el padre, en 1949. José Luis se dispuso a trabajar como técnico electricista para ayudar a los suyos. Luego, como cantaba a todas horas, pudo alcanzar el sueño de ser un baladista popular. Dieciséis telenovelas protagonizadas por él (en una de ellas, con el personaje de el Puma, que adoptó después como sobrenombre musical) y cuarenta y seis discos grabados (el último en 2017, "Inmenso") avalan su carrera de ídolo indiscutible entre los intérpretes de habla española. Con una vida de lucha desde sus humildes inicios hasta alcanzar la popularidad, el éxito, una situación económica envidiable.

Todo ello piensa contarlo en una miniserie para televisión que quiere se lleve a cabo en fecha próxima. Conocí a José Luis en Madrid. Volví a encontrarlo en Miami. Y en Los Ángeles. Me contó detalles de su desgraciado matrimonio con la actriz Lila Morillo, desde su boda en 1966 hasta el divorcio firmado veinte años más tarde. Con ella tuvo dos hijas, con quienes no tiene relación. Eso le entristece, pero cree que ellas le atacaron injustamente con sus declaraciones a la prensa. La joven modelo Carolina Pérez le devolvió las ilusiones. Veintiséis años llevan casados; tienen una hija, Génesis. Ellas han vivido la tragedia de José Luis, cuando lo veían triste, cansado, sin poder cantar, sumido en el desconsuelo diario, en una silla de ruedas. Ahora que se ha producido lo que el Puma llama, constantemente, un milagro, todo el clan vuelve a vivir ya sin sobresaltos.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario