David Beckham hizo un breve viaje a Madrid para asistir a la presentación de la marca de relojes Tudor de la que es imagen, por una cantidad no revelada pero sí millonaria. El que fuera futbolista del Real Madrid enfadó a la prensa por un breve posado que no llegó al minuto y medio.
Apareció antes de la ahora prevista, con un traje gris y corbata. Sonrió y no despegó la boca, como se suele decir. Una vez concluida la escasa aparición, en otra planta del hotel donde se organizó el evento, hubo un cóctel al que asistieron directivos de la firma y algunos rostros conocidos, y donde volvió a aparecer para hacerse fotos con quien se lo pidiese, y rodeado de varios guardaespaldas, que estuvieron permanentemente pendientes de su seguridad. Fue en ese momento en que el inglés si hizo algún pequeño comentario. "Gracias por estar aquí, estoy feliz por regresar a Madrid, donde pasé cuatro años maravillosos desde el 2003 al 2007. Volver aquí siempre es especial, y ver a la gente. Echo de menos España, cuando abandoné Madrid estaba muy triste, porque en esos años jugué con el mejor equipo. Fue muy especial tanto para mí como para mi familia. Uno de mis hijos, Cruz, nació aquí". No dijo más.
A continuación se dejó hacer fotos con los invitados que quisieron, como la hermana de Fernando Verdasco. "Le he dado recuerdos de mi hermano, fueron muy amigos en aquella época. Me dijo que le iba a escribir para darle la enhorabuena por el nacimiento del bebé", comentó.
Después de media hora de posados, estuvo unos minutos más en un reservado, donde estuvo departiendo con los representantes de la marca, y una vez concluido se trasladó a su hotel a descansar, que como era de esperar fue El Santo Mauro, el preferido del matrimonio.