Detrás de casi cada concursante de Supervivientes parece haber todo un maremágnum de deudas. Es el caso de Chelo García-Cortés y ahora también de Toñi Salazar, la mitad de Azúcar Moreno. Tal y como informa Corazón TVE, la cantante tiene una deuda de 18.000 euros contraída hace diez años con la abogada Teresa Bueyes, y que ahora ha hecho efectivo un embargo.
Se trata de minutas procedentes de procedimientos legales en los que Bueyes defendió no solo a Toñi Salazar sino a su hijo, Borja. En concreto, un supuesto intento de homicidio que le llevó hasta la cárcel y el supuesto robo de una bicicleta en un centro comercial de Madrid. También medió en los conflictos que Toñi tuvo con su propia hermana y la traumática separación que vivió con el modelo Roberto Liaño.
Hasta ahora, y firmando sus contratos a través de terceros, Toñi ha ido zafándose de la deuda acumulada durante unos diez años, pero las tornas han cambiado. Consciente de que el embargo se hará efectivo durante su estancia en Supervivientes, intentó un acuerdo con Bueyes.
"Ni siquiera me cogía el teléfono ni respondía a los mensajes", dice Bueyes en Corazón TVE, que a continuación relata la maniobra de Salazar y algunos amigos y familiares para paralizar el embargo. "Cuando supo que iba a Supervivientes y su caché se embargaría, me llamó para decirme que si le embargaba, no iba. Pretendía que esperara a que su negocio funcionara para que me pudiera pagar", explica una indignada Teresa Bueyes.
"Esto no es un caso aislado, se creen que por salir en televisión se les tiene que condonar cualquier deuda. Y no es justo porque ganan miles de euros", explica la abogada. El sueldo semanal de Salazar y su hermana asciende a unos 12.000 euros en Supervivientes, sin contar impuestos ni porcentaje del representante.